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Agapito Maestre

De la ideología a la realidad

El trabajo del PP de Andalucía ha sido tan intenso en los últimos años, que creo que llegará sobrado a los comicios de marzo. El partido de Arenas ha abierto una situación nueva y esperanzadora para una Comunidad sometida durante treinta años

El PP ha hecho la reforma laboral sin tener en cuenta las luchas electorales más o menos próximas, como es la contienda del 25 de marzo en Andalucía; desmiente, pues, esta reforma las acusaciones ideológicas de Rubalcaba contra el gobierno de Rajoy. Esta reforma laboral, más rápida de lo que sospechaba el PSOE, es otra prueba seria y contundente para mantener que estamos ante un Gobierno de verdad. El ajuste exigido por la crisis económica va en serio. La realidad política está por encima de la ideología. El Gobierno del PP pasa de cálculos tácticos para ganar elecciones. Es un Gobierno para todos.

Por otro lado, además de atrabiliario, creo que revela un gran desconocimiento de la política andaluza pensar que el Gobierno de Rajoy toma medidas en función de las autonómicas del 25 de marzo. El trabajo del PP de Andalucía ha sido tan intenso en los últimos años, que creo llegará sobrado a los comicios de marzo. En efecto, la labor del PP en Andalucía tiene que empezar a valorarse por lo ya conseguido y no sólo por lo que conquistará. El PP ya ha abierto una situación nueva y esperanzadora para una Comunidad que ha estado sometida a la bota socialista durante treinta años. Es menester, pues, reiterar que el PP de Andalucía se está trabajando a conciencia la Junta de Andalucía. Lo ha hecho tan bien que ha creado algo inédito en el imaginario democrático andaluz: el PP está conquistando el poder paso a paso y con un discurso muy trabado. La última encuesta importante, publicada la semana pasada, respalda ese juico político.  

No se trata sólo de que el PSOE pierda, sino de que el PP gane de verdad. Los andaluces empiezan a ser conscientes de que el PSOE no pierde solo por sus corruptelas y desmanes, sino sobre todo, y lo que es más importante, porque hay una alternativa política muy elaborada que, cada día, demuestra que el cambio democrático es posible en Andalucía. La democracia genuinamente conquistada por el PP para todos los andaluces dará lugar a una forma de Autonomía. El gobierno de la Junta de Andalucía en el inmediato no será de enfrentamiento y bronca constante con el gobierno central por un lado, y los ayuntamientos por otro, sino de colaboración por una Andalucía más fuerte dentro de un Estado-nacional más democrático.

Dos ejemplos de esa nueva relación política entre ayuntamientos y la Junta de Andalucía son, primero, la confección de las listas electorales del PP para las elecciones del 25-M, que están encabezadas y repletas por ediles populares. Y, en segundo lugar, Arenas, en Granada, se ha comprometido a "ceder parte del poder político de la Junta sobre el Patronato de la Alhambra y la estación de esquí de Sierra Nevada al Ayuntamiento y la Diputación Provincial".  Por cierto, nadie crea que el asunto de la Alhambra es un tema menor. Tiene incluso repercusiones internacionales; ¿o es que acaso vamos a olvidar que, recientemente, Marruecos exigió a España que le entregase la mitad de los beneficios de la Alhambra? Y, aunque grave fue la petición de Besalem Himmich, ministro marroquí de Cultura, al Gobierno español y a la Junta de Andalucía, fue aún más preocupante que ciertos políticos socialistas le dieran crédito a la demanda, sí, tanto crédito le concedieron que hubo algunos que se mostraron favorables a la incorporación de un representante del Gobierno marroquí en el Patronato de la Alhambra.

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