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Agapito Maestre

Debate y bipartidismo

Estaba casi muerto. Después del debate, Sánchez ha resucitado.

Estaba casi muerto. Después del debate, Sánchez ha resucitado. Está vivo y ha conseguido entrar en serio en la segunda parte de la campaña electoral. Ha reforzado el mensaje principal de Ciudadanos: la regeneración de la democracia pasa por la salida de Rajoy de La Moncloa. Sánchez utilizó con contundencia y rigor, a veces con formas tan tabernarias como las respuestas que recibió de Rajoy, el método que Rivera mostró educada y tímidamente con la señora Sáenz de Santamaría en el debate al que no quiso asistir Rajoy. Para millones de sus partidarios y muchos otros miles de sus observadores, sin duda alguna, Sánchez consiguió mantener, a pesar de sus lamentables formas, el honor de un país al reprocharle a Rajoy lo que piensan de él millones de españoles: es insoportable tanta corrupción.

Las frases sobre la corrupción pronunciadas por Sánchez son terribles: "Usted no debería ser candidato". "Usted debería haber dimitido". "Usted ha enviado mensajes a un delincuente". "Usted permitió que Cospedal mintiera hablando del pago en diferido a Bárcenas". "La sede del PP ha sido rehabilitada con dinero B". "Si usted sigue, el coste para nuestra democracia es enorme". "Usted no es un político decente". Lo único que le faltó a Sánchez, como han reconocido los leones de El Español, "fue argumentar que la razón de la indecencia política de Rajoy reside en que sus mensajes al tesorero del PP no eran para proteger la imagen del partido, sino para impedir que pudiera demostrarse que él había cobrado sobresueldos ilegales cuando era ministro. La portada de El Mundo que reflejaba ese hecho es la que exhibió Albert Rivera en el debate televisado a cuatro".

Por ese embarrado camino, Sánchez ha desactivado a Podemos y quizá haya puesto freno, por desgracia para quienes apostamos por la regeneración de la vida política, a la subida de Ciudadanos. Ya sé, ya sé que millones de jóvenes no votarán a los protagonistas del debate, pero éstos no son mayoría. Hay más pensionistas y votos rurales que jóvenes… Sánchez le ganó por goleada a Rajoy, pero, además, consiguió algo inédito en esta campaña electoral: apuntalar el bipartidismo. Destrozó a Rajoy, sí, pero no al PP, porque Sánchez no es nada sin el partido de Génova 13. Al crecer Sánchez, y por mucha simulación que hagamos en los análisis, los emergentes también recibieron un golpe muy serio. Aunque Iglesias baje el tono de voz, Podemos acusará el castigo más que Ciudadanos. En realidad, y lo digo con tanta sinceridad como pesar, Sánchez ha apuntalado un poquito más el tinglado político del 78. Ciudadanos y Podemos han roto el sistema bipartidista, pero ahora hay que dar el último salto, o sea, sacar votos, millones de votos, para romper la columna vertebral de la derecha y la izquierda clásicas. ¿Hasta dónde habrá conseguido Sánchez detener el crecimiento de los emergentes? ¡Quién lo sabe! Pero parece que su actuación ha sembrado de dudas los resultados finales del 20D. En fin, no creo que el esfuerzo de Sánchez sea suficiente para vencer al PP en las urnas, aunque su líder fuera derrotado en el debate, pero quizá sí pudiera servir para ser la segunda fuerza más votada y, por lo tanto, el segundo partido con opciones de formar Gobierno.

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