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Agapito Maestre

El trágala de Rajoy

¿Qué tipo de agua milagrosa o excipiente clave les dará Rajoy a los independentistas para que renuncien a su referéndum golpista?

Artur Mas dijo la semana pasada que Rajoy tiene la fórmula para detener el referéndum golpista de Cataluña. Sin duda él ya la sabe, pero calla para que no se enteren el resto de los españoles. ¿Qué tipo de agua milagrosa o excipiente clave les dará Rajoy a los independentistas para que renuncien a su referéndum golpista? No lo sé, porque la historia es el dominio de lo imprevisto, pero me aventuro a predecir, o mejor, a ironizar que esa fórmula no puede ser otra que un trágala para que los ciudadanos españoles se hagan los tontos con los golpistas de Cataluña. El trágala por el que nos quieren hacer pasar está la vista de cualquiera que tenga un poco de inteligencia. Aunque Rajoy responde con evasivas sobre el excipiente clave de la entrega de España al mesogobierno de Cataluña, el periódico de cabecera del Gobierno nos daba el domingo pasado con pelos y señales los principales componentes de la milagrosa receta.

El Gobierno de España le dará al de Cataluña todo lo que pida y, seguramente, más de lo que nunca había imaginado. Le entregará prácticamente todo en materia de competencias autonómicas, infraestructuras y nombramientos consensuados. 45 reivindicaciones serían satisfechas casi al instante, naturalmente, si el actual presidente de la Generalidad consiente hacerse una foto pública con Rajoy. El Gobierno también celebraría Consejos de Ministros en Barcelona y haría extensiones en esta ciudad de los museos nacionales, etcétera. España tendría dos capitales y dos sedes de gobierno, ¿conocen algún país del mundo con dos capitales y dos sedes de gobierno? Da hasta vergüenza ajena plantear la cuestión. El camino abierto por Rajoy, el trágala para el que se nos prepara a los sosegados españoles, es la aceptación de la independencia de facto de Cataluña para dejar en suspenso la independencia jurídica.

Por ese obscuro sendero Rajoy estaría cumpliendo, punto por punto, la mini Constitución que les otorgó Rodríguez Zapatero a los independentistas por la vía del Estatuto de Autonomía. El trágala tendrá cien nombres, pero todos tienen el denominador común de la cobardía: independencia a la carta y sin que se despierten de su modorra los españoles. Lo más terrible de mi ironía, de mi respuesta subjetiva, y quizá arbitraria, a la seriedad golpista y estúpida del trágala de Rajoy, es que tengo la sensación de que el presidente del Gobierno no está solo en su plan. Lo acompañan prácticamente todos los medios de comunicación por un lado, y la oposición en pleno por otro. Apenas se mueve nadie con sentido crítico en la prensa y los líderes del PSOE y C’s, que serán puntualmente informados de los pasos del Gobierno, no dicen nada y aceptan la cosa como si fuera destino trágico. Terrible es el panorama.

Pero, sin duda alguna, puede ser más terrible para Rajoy, si en uno de sus obscuros movimientos hace ruido y despierta a los aletargados ciudadanos que tanto les cuesta defender lo común, España. Si eso sucediera, señor Rajoy, el primero en caer sería usted. Quizá me equivoque, pero, frente a todas las soluciones fáciles y secretas que propone su Gobierno, nunca abandonaré la desconfianza, la actitud crítica y la reticencia como los mejores caminos para defender la democracia, o sea España.

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