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Agapito Maestre

Esperpento democrático

El periódico de izquierdas que compra la derecha, El Mundo, y el periódico de derechas que aspira a ser comprado por la izquierda, ABC, apuestan más de lo debido por seguir manteniendo el esperpento.

La alternativa ante la que se encuentra el actual régimen de libertades que vive España, que no sistema democrático, es sencilla: o se reforma la Constitución o la continuidad histórica de España desaparece. Las ambigüedades del texto constitucional nos han llevado a este escenario de tragedia burlesca, a saber, todo el mundo sabe que el Gobierno y ETA siguen negociando el poder, pero nadie hace nada para impedirlo. Unos porque no saben cómo hacerlo y otros porque tiene miedo de perder la confianza de los españoles que les apoyan. Esta es la fatalidad que vive la nación española. Este es el destino de quienes creen en la idea de ciudadanía española. Este miserable escenario político persigue a los españoles.

¿Quiénes son los principales impulsores de esta trama? Naturalmente, en primer lugar, el Gobierno que está dispuesto a seguir gobernando España con quienes quieren su destrucción. En segundo lugar, y lo digo con pesar, Rajoy, que se debate entre la oposición frontal al Gobierno o su ayuda a Zapatero para derrotar a ETA, que es, dicho sea para resaltar la deformación de lo real, el principal aliado que hoy por hoy sigue teniendo el Gobierno para mantenerse en el poder. La situación es peor que terrible. Es esperpéntica.

A este esperpento contribuyen con especial delectación los medios de comunicación socialistas, o sea, casi todos, que son especialistas en ocultar la realidad. A veces tampoco se salvan, por desgracia, periódicos cercanos a los medios populares, por ejemplo, las dos supuestas muletas sobre las que se apoyaría el PP para traer racionalidad allí donde reina el sinsentido, más parecen darle aire a los nacionalismos que a los defensores de la nación española; en efecto, El Mundo, cuando más acosado está el Gobierno, siempre le salva la cara al presidente diciendo que es un hombre bueno, de magníficas intenciones, en sus tratos con ETA; y el ABC nos sugiere de vez en cuando, por ejemplo, el domingo en su entrevista a Pujol, que el PP sólo le queda la salida de la negociación con el "nacionalismo moderado". Bravo.

El periódico de izquierdas que compra la derecha, El Mundo, y el periódico de derechas que aspira a ser comprado por la izquierda, ABC, apuestan más de lo debido por seguir manteniendo el esperpento. No me extraña que los dirigentes del PP estén enloquecidos ante sus supuestos amigos. Zapatero, por el contrario, observa estas contradicciones con fruición. Le dan vida. El día que ETA anuncio la ruptura del alto el fuego ha pasado definitivamente. Nadie recuerda ya esa crisis. Ahí estuvo la gran ocasión para expulsar a Rodríguez Zapatero de La Moncloa. Tendría que haber pedido perdón a la ciudadanía por negociar con ETA e inmediatamente convocar elecciones generales. No lo hizo. Ya no lo hará.

Por lo tanto, cada día que pasa está más fuerte. A Zapatero, ahora, sólo le toca esperar el deterioro de todas las instituciones; en efecto, cuánto más débiles lleguen las instituciones del Estado nacional a las elecciones generales, más fortalecido estará Zapatero, sin duda alguna. El Gobierno y ETA lo están haciendo perfectamente: llevarnos al borde del precipicio. No evaluaré, pues, si el PP desperdició una gran ocasión, más por ingenuidad que por estulticia, porque la cosa ya es irrecuperable. Pero sí afirmo que hemos llegado a una situación donde el Gobierno no gobierna y la oposición, el PP, no se opone con contundencia. Todos parecen aletargados y a la espera que las próximas elecciones generales consoliden esta pantomima. Y, por supuesto, el "pueblo" a tragar lo que le echen.

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