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Agapito Maestre

La libertad amenazada

Van a por la COPE y todos sus aledaños. No habrá distingos. Todos están en un mismo saco. Cualquiera que tenga la más mínima relación con esa cadena ya está estigmatizado.

El poder político en España está poniendo en grave riesgo el ejercicio libre del periodismo. El pluralismo y la libertad en los medios de comunicación están cuestionados. El poder político se ha instalado de tal modo en los medios de comunicación que corremos el peligro de ser devorados por sus totalitarios dogmas. Zapatero, Montilla y los del tripartito con el CAC están llevando el asunto por terrenos pantanosos. El acoso a la COPE es paradigmático. El problema es que todo está manchado. Nadie saldrá sin su zarandeo de esta miseria en la que nos ha situado el tinglado del Gobierno. Más aún, el poder político parece haber fijado una horrible posición no discutida por los grandes editores. Sí, hay ya casi una regla del periodismo español contemporáneo tan cruel como real que dice: “O estás en un grupo o estás en otro.” ¡La “norma” sigue haciendo estragos!

Quienes por las circunstancias que fueran, o porque se lo pida el cuerpo, estén en varios grupos a la vez corren el peligro de recibir golpes por todas partes. “Poner un huevo en varias cestas no sólo es un riesgo peligroso, sino que es casi imposible lograrlo.” Por supuesto, alguien que mantenga por azar o necesidad un discurso propio, acaso coincidente con el grupo A, en el grupo B no sólo es un valiente sino casi un héroe. La crueldad de la ley, especialmente para quienes van por libre, refleja una carencia significativa de libertad de la sociedad española. Por este camino el Gobierno está situando a la nación en la indigencia intelectual y la miseria política. Van a por la COPE y todos sus aledaños. No habrá distingos. Todos están en un mismo saco. Cualquiera que tenga la más mínima relación con esa cadena ya está estigmatizado. No hablo por hablar, ni hago teoría, sino que lo percibo, lo siento y lo soporto desde hace más de año y medio. O sea, me ha tocado. Lo llevo con dignidad y aguanto. Sigo siendo libre.

El problema es que la libertad está, en verdad, amenazada en España por todas partes. Hay, especialmente, un asunto que me saca de quicio. Me refiero al poder de contagio del paradigma liberticida del Gobierno. Éste, en efecto, pudiera conseguir infectar hasta las redacciones de los periódicos más libres de España. Problemas más graves vendrían, si la manía persecutoria del Gobierno contra el hombre libre fuera imitada en las redacciones de los periódicos. Pero este asunto lo dejo para otro día. Mientras tanto, prefiero pasar la Navidad con el pensamiento de Tocqueville: “El que busca en la libertad otra cosa que la libertad misma, está hecho para la servidumbre. No me pidáis que analice el goce sublime de sentirse libre; es preciso haberlo vivido. Entra por sí mismo en los grandes corazones que Dios ha preparado para recibirlo; los llena y los inflama. No es posible hacer que lo comprendan las almas mediocres que nunca lo han sentido.”

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