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Agapito Maestre

La viabilidad del programa del PP

El programa presentado por el PP es digno y muy ajustado a la realidad. Puede que sea viable: quizá consiga frenar la recesión económica y que las cifras del paro no sigan creciendo. Ojalá, pues, nos quedemos como estamos.

El programa presentado por el PP es digno y muy ajustado a la realidad. Puede que sea viable: quizá consiga frenar la recesión económica y que las cifras del paro no sigan creciendo. Ojalá, pues, nos quedemos como estamos. Ya sé que es terrible conformarse con esto, pero, tal y como están las cosas, es lo mejor que nos puede suceder. Nadie se haga muchas ilusiones. La realidad es dura. Basta comprobar lo que dicen los economistas más sabios sobre la crisis y, sobre todo, el debate interno que mantienen entre ellos para no confiar demasiado en programas salvadores.

Los economistas, y en todas partes los hay buenos, no están ni mucho menos de acuerdo sobre cuáles son las principales estrategias para resolver la crisis. Por un lado, hallamos a los que creen que sólo puede resolverse la crisis rescatando a los bancos, limitando al mínimo los estímulos públicos para la creación de empleo, aplicando políticas de austeridad fiscal y, por supuesto, fijando un control estricto de los gastos, es decir, recortando gastos en todo, incluso en los fundamentos del Estado del bienestar. Según este grupo de sabios y expertos, esas medidas nos llevarían directamente a satisfacer los mercados financieros y, seguramente, así se crearía empleo. Por ahí va el programa del PP.

Por otro lado, estarían los críticos radicales de esas medidas que jamás cuestionan, naturalmente, el dogma de que la crisis está provocada por la liberalización extrema de los mercados. Estos últimos tienen a su favor que la crisis "avanza", "avanza" y "avanza", es cada vez más profunda, sin que las medidas introducidas y defendidas por los primeros consigan detenerla. Más aún, gente como Krugman, premio Nobel en 2008, tiene ejemplos sobrados para mostrar no sólo que la crisis económica no se resuelve con la doctrina de los recortes y la austeridad, sino que también está llevando a algunos países, por ejemplo, Grecia, a la depresión; por no mencionar los resultados negativos que la Inglaterra de David Cameron está obteniendo con esas políticas restrictivas y de recortes.

Pero, independientemente de quienes tengan razón, aunque yo tiendo a alinearme entre los primeros, parece que las medidas económicas que aplique Rajoy en España estarán condicionadas por las imposiciones que vienen de la UE, que sin duda alguna ha promocionado las políticas del ahorro y el déficit mínimo para salir de la crisis. He ahí un problema grave; en otras palabras, Rajoy no podría saltarse lo que le impone la UE, aunque los éxitos de estas medidas aún no se ven por ninguna parte. Con este panorama se entenderá mejor que no espere mucho del programa del PP, excepto que no empeoremos. Quizá con el programa de Rajoy no iremos muy lejos, pero espero, al menos, que nos deje un cierto margen para defenderlo con las palabras de sus adversarios: "Las cosas podrían haber ido mucho peor" con los del PSOE. He ahí otro motivo para votar contra Rubalcaba.

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