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Agapito Maestre

Los analistas del Gobierno

Confunden, sospecho que interesadamente, causas con efectos. No quieren percatarse de que Zapatero no puede solucionar nada, porqué él, y solamente él, ha creado los problemas

La prensa del domingo sigue ocultando el asunto fundamental: España está en vías de desaparición. Muchos editorialistas siguen engañándose, y engañando a sus lectores, sobre la capacidad del presidente de Gobierno para resolver el problema territorial de España. Creen que a Zapatero sólo le interesa, por un lado, conllevar la cuestión del mesogobierno nacional-socialista catalán y, por otro, reducir el terror vasco hasta niveles de conflictos homologables con el catalán. Ir tirando, y barajar, hasta llegar a las próximas elecciones para ganarlas por mayoría absoluta creen que es la preocupación básica de quienes llegaron al poder por casualidad, después de la campaña más agresiva y totalitaria, campaña antisistema, que un partido socialista haya hecho en Europa y, después, por supuesto, de un horroroso atentado que favoreció al PSOE.
 
Se equivocan quienes piensan con esas pobrísimas coordenadas intelectuales. Creo que es falso quienes editorializan que el PSOE está rehaciéndose para volver a políticas coherentes a favor del sistema político que recoge nuestra Constitución. Quienes no quieren ver que el PSOE es un partido antisistema, antiespañol, que está por el cambio de régimen, equivocan a la población, generando, indirectamente, una sedación progresiva de ésta, que hace casi imposible la existencia de verdaderos ciudadanos en una sociedad lanar.
 
Sí, en efecto, la mayoría de los editorialistas y directores de los medios de comunicación de España piensan y escriben, lo cual no deja de sorprender, como si Zapatero fuera arreglar algún problema. Confunden, sospecho que interesadamente, causas con efectos. No quieren percatarse de que Zapatero no puede solucionar nada, porqué él, y solamente él, ha creado los problemas. Peor todavía, no quieren reconocer que para Zapatero no hay problema alguno, pues, en el fondo, no tiene otra aspiración que “legitimar” la existencia de tres territorios vinculados por la mediación “inmoral” de un alevoso y casposo Partido Socialista de las Tierras Ibéricas.
 
Justificar ese nuevo partido es el objetivo de lo que será el último Gobierno socialista de España tal y como ahora la conocemos. Esperemos que no lo consigan. Sin embargo, hay análisis “políticos” de la actuación del Gobierno socialista que niegan lo obvio o, peor todavía, contribuyen a crear unas ilusiones que sólo sirven para mantener sedada a la ciudadanía. Ya no vale hablar, por lo tanto, de incertidumbres autonómicas, exigencias exageradas de vascos y catalanes, peligrosos bailes con lobos y cosas parecidas... Todas esas son expresiones, en fin, lenguaje políticamente correcto para negar que Zapatero es el último eslabón de un problema, que el PSOE nunca quiso afrontar, o peor, contribuyó con sus políticas cínicas y totalitarias a profundizar: la desnacionalización de España. Reforma de Estatutos y cambios constitucionales vistos desde la óptica socialista sólo pretende un objetivo: la destrucción de la España democrática contenida en la Constitución de 1978.

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