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Agapito Maestre

Parálisis general e inhibición de Rajoy

O Rajoy imita en toda España los pasos que Arenas está dando en Andalucía o la cosa irá de mal en peor.

Arenas sacó el domingo, en Almería y por tercera vez en esta legislatura, a miles de personas a la calle en protesta contra la Junta de Andalucía por no hacer nada contra el alto índice de desempleo en la región. También ayer, y después de que Griñán criticara a Arenas por carecer de ideas, el PP de Andalucía sacó un interesante documento con un centenar de medidas para frenar la crisis en Andalucía. De este modo, Arenas toma la iniciativa política al proponerle a Griñán un gran pacto andaluz contra el desempleo. Contrasta, por qué no decirlo, ese empuje del PP de Andalucía con la falta de energía del PP a nivel nacional y, sobre todo, con las indecisiones del señor Rajoy.

En efecto, dentro de la parálisis general del sistema político, que es tanto como decir que el presente es un desierto y el futuro un horror, es menester reconocer que la iniciativa política, la alevosa y mancillada actividad de los políticos respecto a los ciudadanos, es antes socialista que popular, antes gubernamental e ideológica que de oposición y control del poder. Al margen de la reciente excepción andaluza, la iniciativa es de Zapatero; a muchos les disgustará las propuestas "revolucionarias" de Zapatero, otros odiarán el Plan E del Gobierno tanto como las mentiras que enuncian para salir de la crisis, y a los demócratas genuinos les parecerá indecente la persecución que Zapatero lleva a cabo de la oposición, pero nadie le podrá acusar de inactividad. Falsa, sí, pero ahí está.

Mientras todos parecemos abrumados, Zapatero simula altivez, desvergüenza y descaro. Él persiste en sus engaños. ¡Actúa! Por el contrario, la actitud del PP, insisto, a nivel nacional, y de su líder Rajoy en particular, más parece de inhibición que de compromiso por superar la crisis social y económica que soporta España. Es verdad que Rajoy ha propuesto un paquete de medidas importantes para atajar la crisis, pero a los pocos días todo parece olvidado. Carece de perseverancia. Es como si no tuviera energía suficiente, arrestos ideológicos y capacidad de comunicación para proponer un gran acuerdo nacional con el PSOE para atajar la crisis. Rajoy tiene algunas salidas interesantes a la palestra pública y cuando habla en el Parlamento, pero luego se esconde a esperar que el otro se despeñe.

Dé, por favor, señor Rajoy, un salto. Atrévase. Proponga algo al Gobierno. Comprométalo. No sea cicatero. No espere que le llegue el poder por desgaste del otro. Los ciudadanos, o mejor, la gente está abrumada por motivos económicos pero, por desgracia para el PP y la nación entera, el primer afectado por ese desconcierto generalizado es Rajoy. No sabe qué hacer. Duda. Cuando parece que propone algo sensato y creemos que va a defenderlo con toda su fuerza, sí, cuando creemos que este hombre va a dar un paso al frente para zarandear ideológica y políticamente a Zapatero, entonces se arruga, se esconde y, otra vez, la iniciativa pasa a Zapatero.

¿Cuánto tiempo podrá Rajoy aguantar esa "táctica"? ¿Cree Rajoy que un posible triunfo en las elecciones europeas le permitirá llegar a unas generales sin tomar la iniciativa y sin arriesgarse a proponerle al Gobierno un gran pacto nacional contra la crisis económica? No es el tiempo del regate corto y la triquiñuela electoralista. Rajoy se vuelve a equivocar, en mi opinión, si cree que es suficiente para alcanzar el poder esperar el desgaste de Zapatero. Rajoy estará errando, si espera que sólo la crisis lo llevara a la Moncloa. O Rajoy se adelanta y toma iniciativas o la gente elevará a categoría las mentiras de Zapatero. O Rajoy se deja de zarandajas y triquiñuelas para aparentar un liderazgo fuerte o la gente se percatará de que está más "asustado" con esta crisis que Zapatero.

En fin, o Rajoy imita en toda España los pasos que Arenas está dando en Andalucía o la cosa irá de mal en peor.

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