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Agapito Maestre

¿Quién defiende la democracia?

Así las cosas, quienes no hayan defendido a la Iglesia, a los cristianos, del ataque del PSOE, sepan que está negando los valores esenciales de la democracia.

¿Por qué aún no ha dicho nada el PP sobre el documento del PSOE contra la Iglesia católica? ¿Por qué guarda silencio el Comité Ejecutivo Nacional del PP sobre el ataque frontal que ha hecho el PSOE a la democracia al negarles a los cristianos el derecho constitucional a participar en el ámbito público político? No lo sé; y confieso que, en el fondo, tampoco me interesa analizar la cobardía política que encierra ese silencio. En cualquier caso, creo que sobre ese silencio nunca podrá descansar placenteramente la estulticia de los dirigentes del PP, entre otras razones, porque cientos de miles de cristianos que votan al PSOE quizá ya no cambien su voto hacia las filas del PP.

A veces, como en este caso, el silencio puede ser más cruel que la palabra errática. Esos votantes esperaban una palabra democrática y sólo reciben silencio. ¿Qué razón tendrían esos votantes cristianos para cambiar de partido si ningún discurso vertebrado del PP ha respondido al ataque que la Iglesia ha recibido del PSOE? La Iglesia ha sido estigmatizada por el PSOE sólo por expresarse libre y públicamente, pero el PP no es capaz de sacar un documento que denuncie este ataque a la esencia de la democracia. Las cosas, pues, en las elecciones de marzo pueden quedar más o menos como ahora; el amplio grupo de votantes cristianos del PSOE no cambiarán su voto, porque les duele tanto el documento de los socialistas contra el ataque a la Iglesia católica como el silencio ominoso de quien tendría que defenderla.

Quien en un futuro próximo analice qué está pasando ahora con el sistema democrático, sin duda alguna, echará mano de la Historia y podrá transcribir fácilmente el documento de los socialistas contra el acto de los cristianos en la plaza de Colón. Ha quedado consignado in aeternum, o sea, es ya Historia o, al menos, es un documento decisivo para juzgar uno de los mayores ataques que ha sufrido la endeble democracia española. Es difícil en la historia reciente de España encontrar un documento tan totalitario, me atrevería decir fascista, como este comunicado del PSOE, que niega la posibilidad a una institución de expresar su opinión sobre un determinado asunto en la esfera de la opinión pública.

¿Pasará también el silencio del PP a la Historia? Eso espero; y por eso este cronista no puede dejar de consignar aquí que, junto al documento socialista que ataca ferozmente las libertades de opinión y manifestación de un grupo social determinado, también pasará a la historia el silencio de la oposición, del PP, que debería tener la sagrada obligación de defender el orden constitucional, ese orden que garantiza a la Iglesia, o cualquier otra institución social, grupo o individuo, expresar lo que le venga en gana dentro de las leyes vigentes.

Así las cosas, quienes no hayan defendido a la Iglesia, a los cristianos, del ataque del PSOE, sepan que está negando los valores esenciales de la democracia. Nadie se extrañe que, en marzo, los cristianos que votan al PSOE se abstengan, mientras que los otros, los proclives a votar al PP, digan: "Ya no sé si votarles". El PSOE crea enemigos inexistentes, como corresponde a todo partido totalitario, y disfruta en la comodidad de hablar de las "faltas ajenas" para que no se fije la vista en las propias, pero el PP se columpia en el silencio del que no sabe qué defender. Es menester un documento del PP contra el totalitario del PSOE para saber que existe un partido, aparte de la Iglesia, que defiende la libertad de expresión, fundamento esencial de la democracia.

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