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Agapito Maestre

Rajoy en Barcelona

Libertad sin nación es un concepto vacío. Pues eso es, en efecto, la libertad en España: una vacuidad. Algo banal para los políticos profesionales.

Me ha resultado atractiva la pregunta de Federico Jiménez Losantos en su programa de radio: ¿Qué necesidad tiene Rajoy de entregarse a CiU antes de las elecciones, sobre todo cuando todas las encuestas le dan ganador por mayoría absoluta? ¿Por qué Rajoy, en su visita a Barcelona, ha pedido a Zapatero que pague su deuda con Mas, o sea con los nacionalistas? Desde luego, desde el punto de vista electoral, Rajoy muy poco puede sacar de esas declaraciones; más aún podría, y en eso tiene toda la razón Federico, perder muchos votos de personas que están hartas de los engaños nacionalistas en Cataluña.

Sin embargo, desde el punto vista ideológico, la actitud Rajoy es muy coherente con su forma de hacer oposición sin plantearse una alternativa de renovación democrática, es decir, de persistir en la gran añagaza del "régimen" político actual: es posible una España democrática sin nación española. Falso. Porque Rajoy, precisamente, no quiere enfrentarse a ese "ideologema" perverso, ha visitado Barcelona para decirle a los nacionalistas que él también gobernará mirando antes a los nacionalistas que a la nación española.

Rajoy, pues, seguirá por la pendiente que ha llevado a España a ser uno de los países más desnacionalizados de Occidente. Desnacionalización, nadie se engañe, significa carencia de libertades. La doctrina liberal en este asunto es impecable: cuanta más nación, sí, cuantos más vínculos políticos entre españoles, más libertades. Libertad sin nación es un concepto vacío. Pues eso es, en efecto, la libertad en España: una vacuidad. Algo banal para los políticos profesionales. En fin, si el nivel de libertades de un país tiene como patrón de medida la fortaleza alcanzada por su Estado-nacional, entonces tendremos que considerar que las libertades individuales y políticas de los españoles están lejos de las cotas alcanzadas por los ciudadanos de países como EEUU o Francia.

El débil Estado-nación que es hoy España, comparado con naciones normales como EEUU o Inglaterra, es incapaz de satisfacer el deseo de libertad que anida en la ciudadanía española. Basta un ejemplo para hacernos cargo del problema: millones de españoles, que residen en Cataluña, están sometidos, esclavizados y, a veces torturados, por las elites políticas gobernantes, sencillamente, porque se les impide el elemental derecho de educar a sus hijos en la lengua oficial del Estado. Pero, independientemente de que el artículo 3 de la Constitución, como otros muchos de esta Ley de leyes, se incumpla sistemáticamente en Cataluña, es menester recordar que Rajoy se entrega a los nacionalistas para dejar claro que él no quiere más libertad, sino gestionar bien el trozo más grande de lo que queda de España, dicho con el título del libro de Federico Jiménez Losantos.

En España

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