He comenzado varias veces la columna y otras tantas he borrado la primera línea. Es obvia. Me resisto a escribirla. Es como si me diera miedo a compartir una opinión unánime. Me engaño, me entretengo y me distraigo con las barbaridades que dice la alcaldesa de Madrid: identificar a los delincuentes con un carnet de ciudadanos ejemplares. Me indigno, me enfado y me resigno a pasear por las calles de Madrid entre la basura y los malos olores: Carmena ha conseguido que anhelemos las sucias calles que nos dejó la señora Botella. Los bárbaros que desgobiernan el Ayuntamiento de Madrid consiguen que no escriba sobre lo que todo el mundo sabe.
A propósito de barbarie, el martes por la noche, vi un debate político en la televisión de los curas, 13TV, donde el entrevistado, Manuel Conthe Gutiérrez, insultaba al entrevistador, Antonio Jiménez, pero este le ponía la otra mejilla como buen cristiano y, después de transformar el agravio en opinión, invitaba a Conthe a que asistiera todas las semanas a su programa. El 80% de quienes escriben artículos de opinión, reiteraba el engreído Conthe, son unos fanáticos. La leche. El espectáculo era propio de sadomasoquistas. Barbarie sobre barbarie. Una señora periodista, seguramente con razón, le llamaba a Conthe prepotente. El arrogante funcionario del Estado callaba y tragaba. La envestida (sic) le tocó alguna fibra al fachendoso que reiteraba: la prensa española es una basura. Era evidente que la invectiva del invitado contra los medios de comunicación tenía verosimilitud, pero él carecía de legitimación para llevarla a cabo, entre otros motivos, porque él preside, según se dijo en la trifulca, el Consejo Asesor de Expansión y Actualidad Económica. Otro de los periodistas le decía que él respiraba por la herida, que no podía generalizarse y, en fin, cosas así… Una salvajada.
Por fortuna, mientras veía el debate en la televisión de los curas, me olvidaba de escribir lo que todo el mundo sabe; por cierto, que Conthe fue a lo de Jiménez a defender, según dijo allí, a su amigo Soria y el proceso de selección del Gobierno de Rajoy: el nombramiento de Soria para el Banco Mundial era perfecto. El altivo Conthe, a veces en el límite del pistolerismo intelectual, defendía lo indefendible. Bravo por el petulante. Espero que la semana próxima nos ofrezca un espectáculo similar. Es menester subir los índices de audiencia. En fin, el autoinfatuado señor Conthe y quienes le rodeaban consiguieron que me olvidara de lo obvio. No escribiría lo que es un secreto a voces.
¿Será verdad que el 80% de los medios de comunicación, en España, están en manos de fanáticos? Yo creo que el dato es erróneo… Una cosa, sin embargo, es cierta. Los medios de comunicación están ocultando eso que todo el mundo sabe y que yo no quiero escribir. Sí, sí, las televisiones, las cadenas de radio, los periódicos dicen y escriben sobre Rajoy y Sánchez, sobre lo que debería hacer el Rey, sobre el desastre de un Gobierno, durante tanto tiempo, en funciones, sobre el golpe de Estado de los separatistas, sobre las terceras elecciones, etc. Todo es un horror, pero, mientras escriben sobre esos terrores del año 2016, ocultan lo obvio. Lo que todo el mundo sabe, pero traga y calla. Los medios son terribles bloques de hormigón armado para ocultarnos lo real. Nos dan miedo para que no nos atrevamos a ver. Pero vista la cosa de España. Todo será denuncia. Atrevámonos, pues, a ver y a escribir lo que, a pesar de ser una verdad casi unánime, puede ser salutífera. Y, con todo mi pesar, escribo: el sistema político está muerto. Se cae por todas partes. Las instituciones carecen de sensibilidad para regenerarse. Es un sistema decrépito. No da para más. Los medios de comunicación, junto a los políticos, están ocultando esta opinión, que a pesar su de ser unánime es acertada y salvadora.