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Agapito Maestre

¡Votos ejemplares!

¿Por qué tienen estos dos magistrados tan buen juicio sobre ellos mismos? Porque son dos jueces de izquierda. Sólo por eso, sin necesidad de mayores argumentos, Jiménez y Andrés creen que miles de juristas los miran con sana envidia intelectual.

Joaquín Jiménez y Perfecto Andrés Ibáñez, magistrados de la Sala Penal del Tribunal Supremo, han anunciado que formularán votos discrepantes en los que defenderán que De Juana Chaos no incurrió en delito alguno. Bravo. Las amenazas de un terrorista convicto formuladas a través de "artículos" en el periódico Gara no son, según los "razonamientos" de estos magistrados, constitutivas de delito alguno. Mentiría si digo que estoy deseando leer los razonamientos de Jiménez y Andrés, pero no creo faltar a la verdad si afirmo que estos dos hombres se perciben a sí mismos como "jueces" imparciales y justos. Más aún, ellos ya se ven en la historia como juristas serios y sensatos. La imaginación de estos jueces es muy rica, gracias a ella se reconocen como dos grandes lumbreras de nuestros tribunales de Justicia. Sus aspiraciones intelectuales, incluidos estos dos votos particulares, serían las principales referencias de sentido de los teóricos españoles de la sanción penal.

¿Por qué se ven ellos así? ¿Por qué tienen estos dos magistrados tan buen juicio sobre ellos mismos? Porque son dos jueces de izquierda. Sólo por eso, sin necesidad de mayores argumentos, Jiménez y Andrés creen que miles de juristas los miran con sana envidia intelectual. Cientos de profesores de las Facultades de Derecho estarían impacientes esperando que se haga pública la sentencia para estudiar estos votos discrepantes. Estudiar y discutir los sesudos razonamientos de estos dos magistrados tendría en vilo a la profesión jurídica. Miles de estudiantes de Derecho se prepararían concienzudamente para aprender las argumentaciones jurídicas de Jiménez y Andrés. Sólo por "estar" en la izquierda, a las órdenes del Gobierno socialista, estos dos magistrados creen que famosos filósofos españoles del Derecho, formados en la Escuela de Alexis, estarían dispuestos a renunciar a la teoría de la argumentación jurídica del maestro alemán ante sus votos particulares.

En fin, según estos dos magistrados, la crema de la intelectualidad está pendiente de sus votos. Nadie habla de otra cosa que no sea de la justicia impartida por Jiménez y Andrés... Lo siento, no puedo seguir con la broma, porque sólo pensar en la angustia que sentirán las víctimas al leer semejantes sandeces se me pone un nudo en la garganta. En verdad, los votos particulares de estos dos magistrados muestran perfectamente el Estado de la Justicia en España. Los jueces no sólo son dependientes del Gobierno sino que ni siquiera sienten vergüenza de su vasallaje. Son hombres sin corazón. El poder judicial sólo existe como una pantomima al servicio del Gobierno. Consecuencia: muy pronto, demasiado pronto, un criminal será puesto en la calle, porque el Gobierno ha presionado a la "justicia", o mejor, a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo para que "legitime" su decisión.

Naturalmente, seguiremos haciendo como si la "justicia" fuera independiente, o sea, exageraremos nuestro juicio a la hora de proclamar que respetamos las sentencias aunque no las compartamos. Mentiras para ir tirando, para seguir arrastrándonos por un lodazal de miserias políticas, que nos conducen directamente a un Estado más cercano al totalitarismo que a un Estado de Derecho. Esta sentencia es un escándalo moral para la opinión pública, se mire desde donde se mire, porque los jueces se esconden detrás de una interpretación torticera de las leyes. Pero, peor aún que la sentencia, reitero, son los votos particulares de dos jueces que se consideran en posesión de la verdad y la justicia por considerarse los legítimos representantes de la izquierda.

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