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Agapito Maestre

Zapatero vuelve a ganar

¿Cómo no va a estar contento Zapatero de la visita de Rice a España? Ha tenido la posibilidad de mostrarse tal cual es a sus partidarios. De ahí ha extraído fuerzas para sacar pecho ante lo peor del mundo: Hugo Chávez Frías y Fidel Castro.

La historia de la diplomacia de Estados Unidos no olvidará fácilmente la ofensa de Rodríguez Zapatero a la bandera de su país, la retirada precipitada de las tropas españolas de Irak y las declaraciones en Túnez del propio Rodríguez Zapatero persuadiendo a otros aliados a salir de Irak. Tampoco olvidará la administración de EEUU, independientemente del color político de su presidente, el trato antipolítico, casi grosero, dado por el Gobierno español a la rápida y excepcional visita de la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, a nuestro país el viernes pasado.

Fue, digo, tan insultante que pasará a los anales de la historia de la diplomacia cómo modelo de lo que no debe hacerse entre dos países libres y soberanos. Pero si este suceso era previsible conociendo los antecedentes del presidente del Gobierno, ¿por qué la administración norteamericana se ha prestado a este vapuleo grosero y tercermundista del Gobierno de Rodríguez Zapatero? Seguramente, porque quiere seguir manteniendo la venta a la Armada española de misiles de crucero Tomahawk, o bien porque creía que había una voluntad sería y decidida por parte del Gobierno español de rectificación de su política exterior.

Si Rice ha venido a España por el primer motivo, es evidente que el trato dado por EEUU a España sería parecido al que le otorga a otros países antidemocráticos con los que por razones estratégicas y comerciales mantiene relaciones diplomáticas. España, la nación española, sale vejada y trastornada otra vez. España, la nación, vuelve a ser un país excepcional, antidemocrático y "tercermundista" en la agenda política de la democracia de Estados Unidos. Si el motivo de la visita fue la creencia de que el Gobierno quería enmendar y corregir su apuesta por una política antiamericana, es obvio que EEUU ha descubierto con este viaje que su creencia era falsa.

Ha bastado que EEUU fijara como cuestión central de la visita la salida de Cuba de la terrible dictadura de Fidel Castro, especialmente el trato concedido a los disidentes, para que las distancias entre España y Estados Unidos se agrandarán aún más de lo que están. Rodríguez Zapatero, por boca de su ministro de Exteriores, contestó de modo grosero e insultante a su invitada Rice de que no está dispuesto a que nadie toque al sanguinario dictador Castro. El trato que da el Gobierno a los disidentes no pasa de ser un mero juego para la galería, porque todo lo que hace Rodríguez Zapatero en Cuba sólo tiene un objetivo reforzar la dictadura comunista.

En efecto, si ésta fuera derrotada por las fuerzas democráticas, Rodríguez Zapatero sabe perfectamente que él no tendría base alguna de legitimación. ¿De legitimación? Sí, sí, Rodríguez Zapatero no le da ninguna legitimidad a Castro, entre otras razones porque España con este Gobierno apenas cuenta en el panorama internacional del mundo democrático. Por el contrario, es Zapatero quien tiene su base de legitimación en Castro y no al revés. Pero si alguien dudase de mi afirmación, que por otro lado vengo manteniendo desde el mismo día que Zapatero no se levantó ante la bandera de EEUU en el desfile de las fuerzas armadas en Madrid, lea el sensato libro de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa, titulado El regreso del idiota. Este libro muestra con brillantez que la extensión de los tópicos antiamericanos del "perfecto idiota político iberoamericano", a la sazón populista, nacionalista y, por encima de todo, fanatizado por su antiamericanismo, tiene su mejor expresión en la figura de Rodríguez Zapatero. Es el único gobernante en Europa –¡ya es desgracia!– que ejemplifica lo que estos autores llaman "el perfecto idiota político".

Y, sin embargo, esta política exterior de Zapatero, que aísla a España aún más del resto del mundo democrático, es la que le da votos. He ahí la principal tragedia de la nación. Mientras que España se hunde como país democrático y occidental, Rodríguez Zapatero sigue ganando. Mandando. Entonces, ¿cómo no va a estar contento Zapatero de la visita de Rice a España? Ha tenido la posibilidad de mostrarse tal cual es a sus partidarios. De ahí ha extraído fuerzas para sacar pecho ante lo peor del mundo: Hugo Chávez Frías y Fidel Castro. Zapatero "progresa" y España se hunde un poco más.

Mimetizando a los dictadores iberoamericanos, también en la política internacional Rodríguez Zapatero gestiona bien su poder personal e intransferible. En efecto, su política exterior es coherente con su política de destrucción de la nación española. Zapatero es el único, sin duda, que ha salido fortalecido de la visita de la señora Rice a España. Pero, ojo, Condoleezza Rice no se ha hecho gratis la foto con Zapatero. Este tiene que pasar por caja, o sea, tiene que mandar más tropas españolas a Afganistán. Al tiempo. En esto no engaña nadie a los norteamericanos.

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