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Agustín Olalla

La lluvia desluce la primera jornada

Como en cualquier tragicomedia que se precie intervino la sorpresa, sorpresa en forma climatológica que interrumpió la función.

Siguiendo el símil teatral, se alzó el telón y allí estaba Dustin Johnson preparado para realizar el primer golpe de esta Ryder Cup 2010.

Y el espectáculo comenzó, pero como en cualquier tragicomedia que se precie intervino la sorpresa, sorpresa en forma climatológica que interrumpió la función a las 9.45 hora local.

Era tan inmensa la cantidad de agua vertida sobre el Celtic Manor, en la ciudad de Newport, Gales, que el juego tuvo que ser suspendido.

En principio, el marcador, aunque solo era un esbozo, reflejaba un resultado favorable al equipo europeo, que se imponía en tres de los cuatro partidos que bajo la modalidad de fourballs se estaban disputando.

Las parejas formadas por Westwood y Kaymer, McIlroy y McDowell y Poulter y Fisher, se imponían por dos hoyos de ventaja a Mickelson y Johnson, Cink y Kuchar y Woods con Stricker respectivamente.

El partido restante entre Harrington y Donald por parte europea y Watson y Overton como pareja americana se mantenía igualado.

En ese momento, todo hacía presagiar que en unas tres horas, se podría reanudar el juego y esta grandiosa competición.

Pero el suspense también se ha querido unir a la representación, y la reanudación se ha hecho esperar, como la novia ante el altar, y no se ha podido reiniciar la competición hasta pasadas las 5 de la tarde hora local.

Resultado final, los primeros cuatro partidos no pudieron acabarse, y el primero en salir lo reanudará desde el hoyo 13 del Celtic Manor.

La mitad de la primera parte de la jornada quedó suspendida por falta de luz, reanudándose mañana con el final de los cuatro partidos en juego para completar la jornada con seis encuentros en la modalidad de foursomes y, si el tiempo y la luz lo permiten, una parte de los siguientes fourballs.

Hasta el momento de la suspensión, la parte que se ha podido celebrar ha estado plagada de cambios en el rumbo de los diferentes partidos; sólo el protagonizado por la pareja europea Westwood y Kaymer se ha mantenido siempre al mismo lado de la balanza, la del equipo europeo.

El resto han ido alternándose, para acabar con ventaja del bando americano por dos puntos y medio a un punto y medio.

De los restantes tres encuentros, sólo el dúo compuesto por Ian Poulter y Ross Fisher se mantiene empatado, all square, con sus contrincantes americanos. En los otros dos las parejas americanas se imponen a las europeas.

Cabe destacar la actuación de un Stewart Cink que ha embocado todos los putt con los que se ha enfrentado desde distancias increíbles; esperemos para los intereses del equipo europeo que Cink no mantenga esta línea, aunque todo sea dicho de paso, la iluminación no siempre se produce.

Confiemos en la veteranía de alguno de los componentes del equipo europeo y de su capitán, Montgomery, y sus vice capitanes Björn, Clarke, Mcginley y García, y que sepan conducir a las huestes europeas a la victoria y recuperen para este continente la hegemonía y la Ryder Cup.

Hasta el momento, debemos subrayar el exquisito comportamiento del público, animando claramente a nuestros representantes pero dentro de una educación y un saber estar excelentes, lección completa para el público americano y, por calificarla de una manera suave, vehemencia, que tuvo su claro exponente en la última edición en Valhalla.

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