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Alberto Míguez

De golpista a predicador

Con esas compañías y amistades nadie puede extrañarse que de vez en cuando reciba Aznar un soplamocos póstumo de ex-amigos.

Asombrosa y extravagante trayectoria la del comandante o teniente coronel Hugo Chávez, que hace unas horas despidió su campaña electoral aconsejando a sus compatriotas que el día del referendum se levantasen a las tres de la mañana porque a quien madruga, Dios le ayuda. Posteriormente, añadió, deben postrarse ante el Señor y orar. La conversión, reversión o diversión de Chávez refleja mejor que nada el carácter circense del régimen que dirige con mano de hierro y espuela.
 
La referencia circense para nada es gratuita porque el comandante aseguró que, si algún día tiene que negociar con la oposición, lo haría con Bush: "yo hablo con el dueño del circo, no con los payasos". Ése ha sido el tono general de la campaña "bolivariana", con mención también a José María Aznar acusado hace unos días de participar, promover o jalear el golpe de Estado que estuvo a punto de derrocar al comandante y sus amigos.
 
Aunque obviamente no es el momento de criticar la política exterior del aznarato, tan criticable por lo demás, conviene recordar la luna de miel entre el presidente español y el autócrata venezolano. Entonces Hugo y José María se admiraban y abrazaban. Aznar creía -¿lo sigue creyendo todavía?- que no importaban las características de sus interlocutores exteriores fuesen quienes fuesen. Eso explica que en un momento dado hubiese invitado a Fidel Castro a la Moncloa, visitase a Gadafi en su jaima del desierto, se inclinase ante el mollah Jatami, abrazase a Bachir El Assad y al general Ben Alí de Túnez, como si fuesen dirigentes democráticos elegidos pos sus pueblos, respetabilísimos. Con esas compañías y amistades nadie puede extrañarse que de vez en cuando reciba Aznar un soplamocos póstumo de ex-amigos. En el poder no vale todo. Hay ciertos principios que conviene respetar para ser respetado.
 
Ahora el comandante halaga a ZP y exalta las relaciones privilegiadas que dice mantener con el Rey de España. Veremos cuanto dura el romance.
 
Pero antes los venezolanos deberán pronunciarse el domingo por un futuro que, gane quien gane, será imperfecto y difícil. Pónganse en lo peor y toquen madera. El lunes, más.

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