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Alberto Míguez

Mejor en Canarias que en Haití

Nadie sabe muy bien a santo de qué España y Marruecos van a enviar una expedición policiaco-militar a Haití. Las relaciones de España con aquella república paupérrima han sido tradicionalmente nulas, mal que le pese a la secretaria de Estado de Cooperación y su séquito de funcionarios y periodistas que la acompañaron en la visita gratis total a Puerto Príncipe hace unos días.
 
¿Y qué decir de Marruecos? El reino cherifiano ni frecuenta ni se interesa por el Caribe salvo cuando alguien de la casa Real se traslada a Saint Kitts de farra y jaraneo.
 
Mientras se prepara la expedición bajo mando, eso sí, español (orden, disciplina, jerarquía) siguen llegando a nuestras costas cientos de emigrantes clandestinos cuyas pateras se construyen, contratan y salen de las costas marroquíes. Resulta, desde luego, un tanto paradójico que los dos países sean capaces de cooperar en Haití pero no lo hagan en las Costas del Rif o en las del Sahara occidental de donde parten las “pateras”. Antes de cooperar con las autoridades haitianas no estaría mal acabar con el más infame de los tráficos de seres humanos que cada día crece y crece. Que se lo pregunten a canarios y andaluces.
 
¿Cooperación hispano-marroquí? Hay campo suficiente en el control policial de la emigración, el tráfico de drogas, el islamismo radical y asesino. Pero eso, al parecer ni vende titulares ni provoca el más mínimo entusiasmo en Madrid o en Rabat.
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