En su primera rueda de prensa, el nuevo director gerente del FMI, el español Rodrigo Rato, tuvo expresiones poco afortunadas. El FMI nunca será saludable por tratarse de un banco multiestatal y, por tanto, contrario a la naturaleza por utilizar fondos extraídos, por vía impositiva, contra la voluntad del mercado. Pero se tenía la esperanza de que hubiera algo de cordura, ya que Rato fue vicepresidente y ministro de Economía de José María Aznar. Ahora lo dudo.
El FMI cuenta "probablemente con el mejor cuadro de analistas económicos del mundo" y "trabaja de manera transparente", subrayó Rato. ¿Desde cuándo? Mientras que el PIB de Brasil cayó en 2003 y no consigue levantarse, lejos de las previsiones del FMI de un crecimiento del 4,5% y que los bancos de inversión rebajan sus recomendaciones a la deuda brasileña, el jefe de la misión del FMI para Brasil asegura que las instituciones financieras "tienen su propia opinión... Nuestra opinión es que... (Brasil) está haciendo progresos importantes".
Este "mejor cuadro de analistas del mundo" financió a la Argentina hasta que caímos en la cesación de pagos. Claro que ahora quieren recuperar los fondos, a cualquier costo. Así, a pesar de que la recaudación impositiva del Estado argentino subió 29,2% en abril, con respecto al mismo mes de 2003, debido en gran parte a un nuevo impuesto a las exportaciones, el gobierno prepara un plan para eliminar exenciones impositivas por 3.500 millones de dólares (2% del PIB). El proyecto de reforma debe empezar a ser discutido en el Congreso en septiembre, según el compromiso que se asumió con el FMI. También quieren ponerle la mano a otros 14.000 millones de dólares (8% del PIB) en impuestos para "elevar correlativamente la recaudación... (lo cual) permitiría oxigenar las cuentas públicas", anuncia el gobierno. Es decir, para pagarle al FMI.
Pero el FMI no está solo en impulsar nuevos y cada vez más altos impuestos. El gobierno de Montenegro adoptó en marzo una política de reducción de impuestos de 20%, a lo que el Banco Mundial de inmediato se opuso fuertemente.
La deuda argentina con los acreedores privados no le interesa al FMI: "Las negociaciones sobre la deuda argentina son entre el gobierno y los acreedores..." aseguró Rato. De paso, negó que su designación pueda suponer una postura más suave en las condiciones para Latinoamérica. Lo único que nos faltaría: más laxitud a gobiernos probadamente irresponsables.
Argentina suspendió los pagos de cerca de 88.000 millones de dólares de sus bonos soberanos y ahora "negocia" un acuerdo con sus acreedores. El grupo acreedor más importante, el Global Committee of Argentine Bondholders (GCAB) dijo que los "inversores privados internacionales no aceptarán" la propuesta del gobierno (de pagar apenas un 10% de la deuda) y considera que “el anuncio de una oferta sin previas negociaciones no respeta la carta de intención recientemente firmada con el FMI".
Entretanto, la Casa Blanca negó que Bush se reunió con Kirchner durante su reciente paso por Washington porque "no había necesidad". "Nosotros hemos apoyado a Kirchner en sus negociaciones con el FMI y el G-7", dijo una fuente no identificada del gobierno de EEUU, pero la verdadera razón fue que "Kirchner pronunció un discurso que a Bush y a Powell no les cayó bien. Era demasiado populista". Por otro lado, "los problemas ya han comenzado. La crisis energética (en Argentina) es un buen indicador".
Y las "recomendaciones" del FMI no terminaron allí, sino que obligó al gobierno argentino a crear un superintendente de Control y Regulación de Conglomerados Financieros, es decir, más burocracia en un país ya aplastado por la burocracia. Estará encargado de supervisar el sistema bancario, las entidades que controlan a las compañías de seguros, las compañías de jubilaciones (AFJP), empresas de salud y sociedades comerciales, para "detectar operaciones irregulares". El Gran Hermano impuesto por el FMI a los argentinos.
Con amigos así, no necesitamos enemigos.
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Alejandro A. Tagliavini, miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas).