La Universidad Complutense de Madrid en el último número de su publicación quincenal, La Gaceta Complutense, recoge la visita que el Presidente de Irán, Mohamed Jatamí, hizo el pasado 29 de octubre a la universidad madrileña.
El islamista “moderado”, que según La Gaceta es doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Teherán, licenciado en Filosofía por la de Isfahán, que juega al tenis de mesa, hace senderismo y que habla perfectamente árabe, inglés, alemán y farsí, dirigió en esta última lengua a un numeroso público una conferencia titulada “La imaginación de Miguel de Cervantes y la realidad de nuestro tiempo”.
La tesis de la charla de Jatamí fue que Don Quijote no está muerto, que se ha reencarnado en esos dos personajes, Bush y Ben Laden, que pretenden luchar en solitario contra el mundo entero con el único afán de destruirlo. La única diferencia, añadió el iraní, es que Don Quijote era un loco de buen corazón y estos dos quijotes modernos, “con sus crueles atentados terroristas y su poderosa maquinaria bélica, son una seria amenaza para la seguridad y la paz mundial”.
El redactor de la noticia, que dicho sea de paso parece más satisfecho que escandalizado por tan “afortunada” comparación, cuenta también que Jatamí insistió mucho en la necesidad del buen entendimiento entre Irán y España y que mostró su aprecio por la civilización occidental a la que sólo pone un par de pequeñas pegas, a saber, su “afán por el dinero”, la “pérdida de intimidad” y una “lujuria enfermiza”.
Lo que resalta el reportero en su trabajo es que “Jatamí pidió un esfuerzo en la unión de las culturas y en crear un diálogo entre civilizaciones”. Y es que Jatamí debió de mostrarse displicente a la par que conciliador y dispuesto a dialogar con el capitalismo lujurioso, siempre que ese capitalismo llegara a renegar de su progenitor norteamericano.
Me temo mucho que no son imaginaciones mías, que Jatamí y su comitiva iraní han dejado buen sabor en la Universidad Complutense. Jatamí será ya considerado como un hombre culto, bueno, sincero, tolerante, solidario y leal a los intereses españoles. La Universidad se congratula, ya sabían ellos que Bush era el malo de la película. Lo único que, quizás, no haya convencido mucho es esa comparación de nuestro querido don Quijote con el malvado y estúpido presidente de los Estados Unidos.
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