Menú
Alicia Delibes

Huevos contra bombas

Muchos de los militantes y de la gente que apoya al PP piensa que si llegamos vivos al 25 de mayo las cosas se resolverán a favor del Gobierno. Creen que esa mayoría silenciosa, que es gente de orden y de centro, castigará en las urnas a Zapatero, por su radicalización y seguidismo a Llamazares, y votará al Partido Popular.

Es posible que las cosas ocurran así, pero también es posible que esa mayoría silenciosa pierda su confianza en el Gobierno si éste se deja amedrentar, si no consigue controlar la violencia de las calles, si se traga los botellazos y los huevos con los que los pacifistas intolerantes boicotean todas sus apariciones públicas y si permanece impasible mientras los partidos de la oposición se cachondean de la legalidad tal y como lo están haciendo.

Felipe González ha recordado por boca de su monigote Zapatero aquellos abucheos que jamás pudo digerir de los estudiantes de la Universidad Autónoma. Se dio cuenta aquel día que había perdido el contacto con la juventud y, quizás por eso, se congratulaba hace unos meses en El País de la aparición en la escena política internacional de los jóvenes que engrosaban las filas de los movimientos antiglobalización. Los “chicos/as” que gustan a Felipe González son todos esos niños “pijos”, atiborrados en su infancia de hamburguesas, mimados y maleducados hasta la saciedad y cuya estupidez e ignorancia está resultando tan fácilmente manipulable para provocar disturbios callejeros y luchar contra la civilización capitalista.

Pero Felipe, que es mucho más listo y más malo que Zapatero, no está equivocado del todo cuando piensa que el PP ha desconectado con la juventud y que eso puede, al final, ser la causa de su fracaso político. Algo de lo que, creo, deberían tomar nota tanto Aznar como las gentes de su partido.

Si el Gobierno es capaz de controlar a estos cachorros de la antiglobalización y al PSOE le entra la cordura y deja de jugar peligrosamente con las reglas de la democracia, quizás todavía la convivencia se pueda recuperar y los votantes puedan tranquilamente acudir a las urnas el 25 de mayo. Entonces todos sabremos, de verdad, lo que piensa la gente de la guerra, de los americanos, de la política de Aznar y de la radicalización del PSOE.

Pero hasta ese momento han de pasar dos largos meses en los que, tal y como están las cosas, puede ocurrir de todo. Viviremos días muy tensos sobre todo porque, gracias al PSOE, una gran parte de la sociedad con la excusa de la guerra de Irak ha olvidado el respeto debido a las instituciones y a la legalidad.

En tiempos difíciles, cuando se perciben los nubarrones que pueden traer una catástrofe, se deja uno llevar por la tentación de buscar consejo en los escritos dejados por personajes que vivieron experiencias difíciles y que merecen nuestra confianza. Por eso, me atrevo a decir a las gentes de bien que coloquen en la cabecera de su cama o sobre su mesa de trabajo un verso de Virgilio que, al parecer, sirvió muchas veces de lema personal a Ludwig von Mises, Tu ne cede malis sed contra audentior ito, es decir, “No cedas al mal sino lucha contra él con mayor coraje”.

En España

    0
    comentarios