Menú
Alicia Delibes

La disciplina no cuesta dinero

Estoy convencida de que la enseñanza pública es necesaria. Creo que si no se exige a los padres que den a sus hijos una instrucción elemental, muchos no lo harían, y esa obligatoriedad, hoy por hoy, no se entiende si no va acompañada de la gratuidad.

Dicho esto, creo también que todos los sistemas educativos occidentales que en los últimos treinta años han optado por una enseñanza secundaria igual para todos hasta edades, no como dice la izquierda “demasiado tempranas” sino más bien escandalosamente tardías, han metido la enseñanza pública en un callejón del que si existe una salida ésta pasa por la declaración franca y honesta del fracaso rotundo de la llamada “comprensividad”.

No se puede, como dice la responsable de educación de la ejecutiva socialista Carme Chacón, mantener que “no es creíble hablar de calidad sin poner un euro sobre la mesa” y, por si no queda claro, añadir que “esto es irrebatible y sobre todo en educación”.

No se puede seguir encareciendo una enseñanza que ni enseña ni educa. Todo el mundo sabe que los centros públicos son ingobernables y al PSOE, y con él a toda la progresía que ha sido la gran culpable de esta situación, no se le ocurre otra cosa que pedir más dinero al contribuyente ¿para qué? ¿para seguir malgastándolo? ¿para organizar mesas redondas donde se hable de la integración del inmigrante o de la violencia en las aulas? ¿para como dice Rosario Ortega, una “experta en violencia escolar” por la universidad de Sevilla, formar a los profesores?

Para conseguir orden y disciplina en los centros no hacen falta más psicólogos, ni más pedagogos, ni más dinero, hace falta sobre todo dejar de ser “progres”. Por eso temo que la enseñanza pública en nuestro país tenga muy mal arreglo.

En Sociedad

    0
    comentarios