Los sindicatos ha protestado enérgicamente ante el anuncio, hecho por Carlos Mayor Oreja, consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, de que, en el curso escolar que ahora comienza, aumentarán las becas de enseñanza infantil (3 a 5 años) en centros privados.
Las razón que dan los sindicatos a su protesta es que esa medida favorece a la enseñanza privada y frena la extensión de una red pública de enseñanza, que es la única que consideran aceptable.
Así que, si alguien tiene todavía dudas sobre cuáles son los intereses de los sindicatos de enseñanza espero que, con estas protestas, por fin se les despejen. Porque, al parecer, a los sindicalistas no les interesa resolver el problema de escolarización de los niños, ni tampoco parece que quieran ayudar a los padres que tienen dificultades económicas para llevar a su hijo pequeño al colegio. Lo que realmente pretenden los sindicatos es hacerse con el control total de la enseñanza y, como eso lo tienen mucho más fácil en la enseñanza pública que en la privada, reclamarán siempre un incremento de gasto en la red pública de centros y protestarán contra todo gasto público que vaya a parar a los colegios privados.
Un buen sistema de becas ayuda directamente a los padres, respeta su derecho a la libertad de escoger la educación que quieren para sus hijos y ahorra gasto al estado. Parece lógico pensar entonces que este sistema será siempre mejor que la creación de un inmenso número de plazas de educación infantil en colegios públicos, la cual exigiría, entre otras cosas, la remodelación de los centros y la contratación de un buen número de nuevos funcionarios.
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