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Alicia Delibes

La España plurinacional

Se dice que desde que Javier Pradera empezó a mostrar simpatía por la gente de Nicolás Redondo y la plataforma “Basta Ya”, los que dirigen los hilos del pensamiento progresista a través de El País y la cadena SER tienen como nuevo oráculo a Josep Ramoneda. Si eso fuera así, habría que mirar con lupa la larga, y aparentemente inofensiva, entrevista que ha aparecido este sábado en las páginas de Babelia en la que Ramoneda habla con tres catedráticos catalanes, Miquel Caminal, Enrique Argullol y Ferran Requejo, sobre la Constitución, el Estado de las autonomías y el federalismo.

La excusa son tres libros que estos expertos en Ciencia Política y Derecho Administrativo acaban de publicar sobre “federalismo, autogobierno y articulación política de los Estados compuestos”. A pesar del retorcido lenguaje que todos ellos utilizan creo haber entendido que a estos personajes ya no les convence nuestra Constitución, y que no les convence fundamentalmente porque, según ellos, la derecha española la defiende con una mentalidad “identitaria, unitaria y franquista”.

Con todos ellos habla Ramoneda de “dibujar un panorama heterogéneo” en España, de reconocer no sólo el pluralismo ideológico sino también el “territorial”, de “articular un Estado plurinacional”, de aceptar la realidad nacionalmente plural, de crear en la sociedad una “cultura federal” o de “proteger a las minorías nacionales”. Perversiones filológicas que para mí tienen la clara intención de ir sembrando en las mentes de los lectores del “diario independiente de la mañana” la idea de que en España todo se resolvería con el federalismo asimétrico que gusta a los socialistas catalanes. Como epílogo a ese surrealista diálogo “multilateral”, Ramoneda escribe que nadie se esperaba que ETA hubiera sobrevivido a la transición y que esta supervivencia cuestiona la validez del modelo constitucional español porque ha roto el consenso político “con un enconado enfrentamiento entre el nacionalismo vasco y el nacionalismo español del PP”.

Aboga Ramoneda por una “segunda revolución laica, la que separe nación, cultura, lengua y Estado y dé una cultura política más abierta entre sujetos con identidades polivalentes”. O sea que, por lo que parece, a Josep Ramoneda la Constitución se le ha quedado pequeña porque el Estado de las Autonomías no permite dar satisfacción a las aspiraciones nacionalistas de Cataluña y lo que pretende es aprovecharse de ese sentimiento rencoroso del progresismo felipista, que nunca perdonará al PP el que haya llegado a gobernar este país, para reclutar partidarios del federalismo asimétrico.

En España

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