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Alicia Delibes

Macron ficha al 'Lady Gaga' de las matemáticas

¿Podrá Villani acabar con la 'maldición de Laplace'?

¿Podrá Villani acabar con la 'maldición de Laplace'?
Cédric Villani | Wikipedia

El fichaje estrella de Emmanuel Macron es un matemático de primera fila, Cédric Villani; tan de primera fila que obtuvo en 2010 la Medalla Fields, un galardón que se considera equivalente al Premio Nobel de Matemáticas.

La Medalla Fields se entregó por primera vez en 1936, cuatro años después de la muerte de su creador, el matemático canadiense John Charles Fields (1863-1932). Es el premio más codiciado por los mejores cerebros matemáticos del mundo. Se concede cada cuatro años y se exige que los candidatos no hayan cumplido los 40.

Cédric Villani nació en el seno de una familia de intelectuales y artistas el 5 de octubre de 1973 en Brive-la-Gaillarde, una localidad de 50.000 habitantes situada en el centro de Francia. Sus padres, profesores de literatura, fomentaron y alimentaron la prematura afición que Cédric mostró por las matemáticas. Estudió el bachillerato en Toulon y de allí pasó al liceo parisino Louis le Grand, donde preparó con éxito el ingreso en la Escuela Normal Superior de París. Allí se especializó en análisis matemático bajo la dirección del profesor Lions, que también fue Medalla Fields –en 1994–.

De 2000 a 2010 enseñó matemáticas aplicadas en la Escuela Normal Superior de Lyon, y en el año 2009 fue nombrado director del principal centro de investigación matemática de Francia, el InstitutoHenri Poincaré de París.

Desde que ganó la Medalla Fields, Villani se ha convertido en un personaje público. Conferencias, vídeos, entrevistas, cualquier ocasión le parece buena para hablar de su gran pasión, las matemáticas. Luce una indumentaria un tanto peculiar. Va siempre vestido de traje con un broche en forma de araña en la solapa y un gran lazo de seda anudado al cuello. En Francia se le conoce como el Lady Gaga de las Matemáticas.

En el año 2011 estuvo en España. Venía invitado por la Real Sociedad Matemática Española, que celebraba un congreso en Ávila con motivo del centenario de su fundación. En España las matemáticas no son una disciplina tan valorada socialmente como en Francia, y su presencia, salvo para unos pocos periodistas, pasó casi inadvertida.

Cédric Villani es uno de los 428 candidatos presentados por Macron a la Asamblea Nacional. No es la primera vez que se implica en la política. En 2014 presidió el comité de apoyo a la candidatura de Anne Hidalgo a la alcaldía de París. A pesar de ello, Villani afirma no ser de derechas, ni de izquierdas ni de centro.

Según ha explicado él mismo, los ataques terroristas de noviembre de 2015 en París le convencieron de que Europa solo podrá sobrevivir si se mantiene unida. Esa fue la razón que le llevó a implicarse en la campaña de Macron. Y es que, en su opinión, el único político francés que ha apostado seriamente por la Unión Europea es el actual presidente de la República.

Villani vive en París, está casado con una bióloga y tiene dos hijos. Es difícil que sus múltiples obligaciones como director del primer instituto de investigación matemática de Francia, junto a las nuevas que adquirirá, si es elegido diputado, le permitan seguir dedicado a la investigación.

Un matemático de gran nivel como Villani puede ser útil en política porque está acostumbrado a resolver problemas muy difíciles, pero tiene el peligro de que su deseo de perfección y su gusto por el pensamiento abstracto le impidan ver la realidad más inmediata.

Cédric Villani es consciente de la diferencia que existe entre la investigación y la toma de decisiones políticas. Incluso en alguna ocasión ha hecho referencia al fracaso del afamado matemático Pierre Simon Laplace (1749-1827) como ministro de Napoleón.

Cuando Napoleón, en 1799, formó su primer gobierno, nombró a Laplace ministro de Interior. El matemático no duró en el puesto ni seis semanas. Sobre su fugaz paso por la política, Napoleón dejó escrito: "Geómetra de primera categoría, Laplace no ha tardado en mostrarse como un administrador mediocre. Desde que entregó su primer trabajo, comprendimos que nos habíamos equivocado. No admitía que se cuestionara ninguna de sus opiniones. Nunca enfocaba bien un asunto. Buscaba sutilezas por todas partes, sólo planteaba problemas y llevaba el espíritu de lo infinitamente pequeño hasta en la administración".

Napoleón había sido alumno de Laplace durante su carrera militar y le tenía en gran estima, por eso, a pesar de la decepción que le había producido su fracaso político, le nombró senador. Más tarde, cuando fundó la Legión de Honor, le hizo Gran Oficial, y además le concedió el título de conde.

Un gran matemático tiene bastantes posibilidades de resultar un fracaso como político, precisamente por las razones que daba Napoleón al cese del que había sido su maestro en materias científicas. La apuesta por la política de Cédric Villani es, sin duda, una decisión personal arriesgada. Quizás el matemático francés, después de alcanzar el máximo galardón que existe en su profesión, haya decidido imponerse un nuevo reto: borrar la memoria de pésimo administrador que dejó en Francia el gran Laplace y acabar con el mito de que un gran matemático, aunque haya tenido la inmensa importancia para la ciencia como tuvo Laplace, nunca podrá ser un buen político.

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