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Alicia Delibes

Materias "transversales"

El pasado lunes el diario El País dedicaba cinco páginas al tema de la enseñanza. En uno de sus artículos recogía las opiniones de varios “expertos” en educación. Uno de ellos, María Masip, profesora y directora de un instituto de Badalona, se quejaba de la falta de atención que el nuevo “currículo”, publicado en diciembre del 2000, dedicaba a ciertos “objetivos sociales como son enseñar educación sexual, el interés de la planificación familiar o los prejuicios del consumo de drogas”. En su opinión, esta falta de atención a los asuntos sociales y la carga excesiva de contenidos en los nuevos programas habían impedido a los institutos organizar un gran debate con los alumnos sobre el atentado del 11 de septiembre.

Según la directora de Badalona, si los institutos cumplieran todos los decretos de la ley vigente, los atentados terroristas del día 11 podrían haber pasado a engrosar la lista de los llamados “temas transversales” que, sin constituir una asignatura, impregnan los contenidos de todas las demás. Para quien no lo sepa, las materias transversales, que pueden ir desde la “educación para la paz” hasta la “educación vial” pasando por “la igualdad entre los sexos, la educación ambiental y la educación del consumidor” (Real Decreto 1345/1991), son un invento de la LOGSE para que los escolares, de forma inconsciente, vayan asimilando los valores propios de cierta pedagogía.

La explicación que el profesorado progresista y renovador da al atentado que ha sufrido la ciudad de Nueva York se ha dejado oír estos días por los pasillos de institutos y universidades: la prepotencia de los americanos, la humillación sufrida por los más desfavorecidos, los pobres que se revelan contra el poder de los ricos o el fanatismo religioso refugio de los desheredados de la tierra. Así que no hay muchas dudas sobre cuál hubiera sido el tono del debate. El resto de los profesores, los que creen que no existe justificación para un crimen como el del 11 de septiembre, los que piensan que no puede haber reservas mentales a la hora de combatir el terrorismo, los que se han sentido solidarios estos días con el pueblo americano, desgraciadamente hubieran aprovechado la hora de la asamblea para tomarse un café o para marcharse a su casa.

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