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Amancio Amaro

El escudo del Real Madrid

Coincidí con él durante la temporadas 62/63 y 63/64. Por aquel entonces, Di Stéfano tenía 35 años. Pero a pesar de su edad, seguía con ese carácter especial que marcó su trayectoria. Era un hombre ganador que no se daba nunca por vencido.

Es imposible olvidar el primer partido que jugué con el Real Madrid después de llegar procedente del Deportivo de La Coruña. Era un amistoso en Ghana y me sorprendió encontrarme mi camiseta sin el escudo. Pregunté a Di Stéfano y nunca se me olvidará su respuesta: "Este escudo hay que ganárselo sudando la camiseta primero, chico". Al principio creí que era una crítica, pero luego entendí que me enseñó lo que significa llevarla.

Coincidí con él durante las temporadas 62-63 y 63-64. Por aquel entonces, Di Stéfano tenía 35 años y estaba en la recta final de su carrera deportiva, que cerró en el Espanyol. Pero, a pesar de su edad, seguía con ese carácter especial que marcó su trayectoria. Era un hombre ganador, con temperamento, que no se daba nunca por vencido.

Sin duda, fue un hombre que te marcaba, no dejaba indiferente a nadie. Era un luchador que cambió nuestra manera de entender el fútbol. Trajo ese concepto de Sudamérica del fútbol hablado, de comunicarse constantemente en el campo. Ordenaba y dirigía el partido desde dentro del campo y enseñaba a todos los que llegábamos lo que significaba jugar en ese equipo.

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