La mejor prueba de que estamos en los umbrales de una etapa constituyente es que algunos libertarios tienen ya pensada la lista completa de las reformas que habría que hacer. Apunto solo las iniciativas peculiares de cada uno, puesto que otras muchas se repiten.
Luis Cáceres apunta la necesidad de un mismo sistema informático para todos los juzgados de España. Francamente, yo no tenía ni idea de que ahora fueran incompatibles. Para don Luis hay que definir la huelga en la nueva Constitución como un conflicto frente al empresario. Mientras dura la huelga, no se cobra. No serán huelgas las de los estudiantes. También propone la desaparición del Tribunal Constitucional y del Defensor del Pueblo.
Javier García aumenta la lista de prohibiciones o supresiones: los aforamientos, los indultos, los tratamientos especiales, los conciertos fiscales y los derechos históricos regionales, los procuradores de los tribunales. Sugiere que debe haber una reserva de escaños vacíos en el Congreso para los que se abstienen de votar. Propone que el número de asesores de los altos cargos se reduzca a cinco. Se suma a otras iniciativas para organizar las elecciones con listas abiertas. Sugiere que la educación, la sanidad y las pensiones sean competencias exclusivas del Estado central.
Manuel Sánchez plantea una cuestión básica antes de reformar la Constitución: ¿quién va a hacer esas reformas? Su impresión es que todos los partidos actuales carecen de liderazgo. Entiendo que el problema es peliagudo: ¿cómo buscar nuevos líderes? ¿Podría ser el de la coleta el nuevo caudillo español? No se le pueden negar facultades de líder. Lo malo es que se parece mucho a los fascistas de los años 30.
Fernando Ochoa sostiene que "en todos los territorios del Estado debería haber el mismo plan de enseñanza". Además, todos los españoles deberían poder ser asistidos por el mismo sistema sanitario "en todo el Estado español". Supongo que la palabra Estado quiere decir España. Esa confusión empieza a ser babélica. En mi opinión la unidad no equivale a la uniformidad.
José Luis Martín Tordesillas no está de acuerdo con mi tesis de que la Constitución de 1978 se ha quedado atrasada. Su opinión es que estuvo mal hecha, sobre todo la parte de las "autonomías". Pues no veo que estemos tan desacordes. Hay mucha gente con la misma opinión. Es evidente que la Constitución de 1978 no nos sirve. Otra cosa va a ser ponernos de acuerdo con el grado de consenso que hubo en 1978 o en 1812.
Con relación al sistema electoral propuesto por Dionisio Pérez Villar, José Luis García Valdecantos recuerda un artículo de Art Buchwald en plena guerra fría. Era el momento en que se hacían encuestas electorales cada vez más refinadas para anticipar el resultado de las elecciones norteamericanas. Refinando, refinando se llegó a una muestra de solo dos individuos. Se les preguntó el partido de sus preferencias y los dos respondieron que el Partido Comunista. El FBI descubrió que los espías soviéticos habían descubierto el sistema de muestreo y habían sobornado a los dos entrevistados. En vista de lo cual se volvió al sistema tradicional.