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Amando de Miguel

Arcaísmos en la lengua heredada

En los restaurantes de postín te sirven el pescado sin cabeza ni espinas. Lo que no deja de ser una mariconada.

Aurelio Rodríguez se pregunta cómo va a explicar a sus futuros hijos el significado de "tirar de la cadena". En efecto, hoy los niños están familiarizados con las cadenas de música, sean los aparatos de sonido o las emisoras musicales. Pero esos mismos chicos difícilmente se van a encontrar con un inodoro en el que el agua se suelta tirando de una cadena que conecta con el depósito en alto. La cadena fue ya una mejora técnica de lo que antes podía ser una cuerda. No estaría mal que se levantara algún museo en el que se conservaran los artilugios cotidianos de las antiguas generaciones. Así sabríamos, por ejemplo, lo que era un orinal y que, además, recibía el nombre de servidor. Ahora ya no hay orinales y el "servidor" es el ordenador central de una red informática.

Carlos García recuerda una expresión que decían sus abuelos. Era a propósito de la petición de regalo con ocasión de algún viaje. El viajero decía que iba a traer "un que quié usté y un siseñor". Don Carlos ignora el sentido de ese coloquialismo. Yo tampoco sé el origen y significado de esa frase hecha. Espero que algún libertario pueda tener la respuesta. Ahora que caigo, el "sí señor tocando el tambor" era un juguetito de feria.

Javier Velázquez da cuenta de la voz trasijado que para él significa algo parecido a agalgado (= flaco como un galgo). No se me alcanza de dónde puede venir lo de "trasijado". En el castellano rural trasijar es lo mismo que trasegar, esto es, trasvasar el vino de una cuba a otra.

Francisco Mourelo Santamaría me hace llegar una interesante distinción que no he visto en los diccionarios. Carnicería: lugar donde se vende carne, matada en otro sitio fuera de ese establecimiento. Carnecería: lugar donde se mata y se vende carne. Añade don Francisco que se trata de una distinción arcaica, pues las leyes actuales no permiten matar animales más que en lugares destinados al efecto. Me alarma tal progreso. ¿Es que ya no puede realizarse la tradicional matanza del cerdo? No, si acabaremos comprando todo el jamón sin hueso y el pescado sin cabeza ni espinas. En los restaurantes de postín te sirven el pescado sin cabeza ni espinas. Lo que no deja de ser una mariconada.

Fernando Herreros comenta que "para denominar a la esposa, los castizos decimos mi costilla y mi media naranja". Me parece que esos términos ya no se emplean más que de modo festivo; son de otra época. Me gusta más lo de "mi enmienda a la totalidad".

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