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Amando de Miguel

Cansancio de las personas, necesidad de ideas

Los súbditos españoles nos merecemos que se disputen el poder dos grandes partidos, naturalmente uno a la derecha y otro a la izquierda.

Los súbditos españoles nos merecemos que se disputen el poder dos grandes partidos, naturalmente uno a la derecha y otro a la izquierda.
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Comprendo que los medios y las redes nos entretengan con las andanzas, vicisitudes y tribulaciones de los personajes que componen el elenco de la famosidad. Yo mismo me deleito con el espectáculo, aunque a veces me asombra la noticia de dos celebridades que se divorcian, cuando ignoraba que se hubieran emparejado. Pero convendría reducir un poco la carga onomástica de las noticias y las opiniones.

Más grave es que, al comentar la vida política, sigamos centrados en las peripecias de tal o cual sinsorgo gerifalte, que de seguro no pasará a la Historia. Ya sé que cuesta detenerse en las ideas, los conceptos, las abstracciones, pero se necesita. Es un signo de madurez persona e institucional.

Por ejemplo, convendría aclarar la significación actual de socialismo, nacionalismo o conservadurismo. Este último ni siquiera existe ya. Hastía un poco la broma de que la derecha se considere de centro. Por lo mismo, la izquierda toda asegura que es socialdemócrata. Es una etiqueta que se atribuye, incluso, al recuerdo de Lenin, apoyándose en un hecho histórico circunstancial. La confusión empieza porque todos los partidos están encantados con gastar más dinero del erario. La explicación es sencilla: con más dinero se tiene más poder, aunque solo sea para nombrar cargos a dedo.

Tampoco significa nada la voz federalismo. Más federal que la España de las Autonomías difícilmente se podrá encontrar otro caso. Estados federales son México o Argentina. ¿Hay quien se crea tal definición? Desengañémonos, el PSOE acude al mito del federalismo porque no sabe a qué carta quedarse en el juego de los secesionismos. ¿Es que no escarmienta con la virtual liquidación del partido de los socialistas catalanes, el que otrora fuera hegemónico? Por cierto, ahí tenemos otro ejemplo de resistencia a la abstracción: "los socialistas" en lugar de "Partido Socialista".

Los súbditos españoles nos merecemos que se disputen el poder dos grandes partidos, naturalmente uno a la derecha y otro a la izquierda. Pero ambos con ideas claras y distintas. De lo contrario seguiremos comentando las ocurrencias de tal o cual personaje. Nos faltan teóricos en ambos lados. Y eso que ahora han emergido líderes políticos que son doctores en Ciencias Políticas. La verdad es que dan la impresión de virtuales analfabetos o por lo menos ágrafos. Un Parlamento no puede organizarse como una asamblea de la Fácul.

La vida política española más parece un baile de disfraces. Se colocan los partidos la máscara de elecciones primarias para ocultar el inmarcesible caciquismo. Cuanto más antiamericanismo, más papanatismo respecto a las primarias. Nadie se dice xenófobo, pero todos se llaman andana respecto a la suerte de la llegada masiva de africanos y asiáticos a la frontera mediterránea de la Unión. Todos aspiran al diálogo, pero de sordos y sin conocer el lenguaje de los signos. Quien más quien menos clama contra la corrupción política, pero solo la del adversario.

En España

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