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Amando de Miguel

Casi todo es política

Es una hazaña portentosa, la del imperio americano, sobre todo para ser realizada por la pequeña Castilla en poco más de medio siglo.

No tengo aquí espacio para comentar los muchos textos que me llegan sobre la situación política, ahora que estamos en campaña electoral (norteamericana y española). Baste algún apunte más, como el de José Mª Navia-Osorio, en premio a su generosidad de escribirme todos los días; y no son cortas sus misivas. Me recuerda ahora el viejo tema de la esquizofrénica situación de Cataluña respecto a la enseñanza, velis nolis, en catalán. Dice el de Oviedo: "Es una injusticia que me molesta. Los hijos de los inmigrantes españoles [y había que añadir, de los hispanoamericanos] están en desventaja frente a los hijos de los catalanoparlantes, pero no parece que le preocupe al PSC, que se nutre de los votos de ese grupo social. No comprendo cómo no hay una revuelta social." Yo tampoco, a no ser que admitamos la triste hipótesis del adormecimiento del pueblo español. Concluye don José Mª con no menor sorpresa: "Sigo con interés la campaña electoral. Son unas elecciones para elegir el Gobierno de España en una situación de crisis nacional y nadie habla de eso, de España". Contrasto esa ausencia con la campaña electoral norteamericana, donde todos los candidatos se extasían con el nombre de "la gran nación americana".

Don José Mª me cuenta los pormenores de una Comisión de la Memoria Histórica de Oviedo. En contra de lo que dice su título, la misión de esos esforzados munícipes es la de acabar con una parte de la memoria (que siempre será histórica) de Oviedo. Concretamente, se trata de cambiar los nombres de muchas calles, adaptándolos a la ideología socialista, por mucho que el alcalde sea del PP. Parece que el criterio es el de eliminar los nombres de los personajes que fueron de derechas o franquistas. En cambio, parece que respetan el título oficial de la ciudad de Oviedo: "muy noble, muy leal, benemérita, invicta, heroica y muy buena". El título se mantiene, aunque lo de "invicta y heroica" se incorporó en 1938. Añado que el título oficial de Oviedo tampoco es muy rimbombante si lo comparamos con el que tiene Zaragoza: "muy noble, muy leal, muy heroica, siempre heroica, muy benéfica e inmortal". Es estupendo esto de corporizar o de animar los nombres de las ciudades. Don José Mª me envía otro emilio para insistir en que "lo que me fastidia es que, sin que queramos [los vecinos], se nos obligue a cambiar el nombre de una calle para adecuarla a la ideología del gobernante de turno".

Por si pudiera servir de contraste, aporto el dato de los nombres de la calle donde yo vivo en San Antonio. Estamos en la calle Blanco y, para llegar a la Universidad, se puede entrar por la calle De Zabala. El tal De Zabala fue un virrey español de Nueva España, bajo cuya jurisdicción caían las misiones de San Antonio, antes llamada San Fernando de Béjar. Todavía el condado se llama Béxar. A nadie se le ocurrió aquí la patochada de la "memoria histórica" para borrar los nombres de la época española o mexicana.

Decía aquí José Anadón Herrera que él siendo de izquierdas y progresista, no consideraba fascistas a los que no pensaban como él "y creo que lo mismo le ocurre a millones de votantes de izquierdas progresistas". Fernando Crusellas Abián (Zaragoza) redarguye: "Disiento radicalmente de don José Daniel. Salvo honrosísimas y contadísimas excepciones, todo votante de izquierdas desprecia y tilda de fascistas a todos los votantes de derechas. Y este es unos de los mayores dramas de nuestro país". La polémica está servida. Lo curioso es que nadie se queja de mi asignación de "fascista" a ciertas actitudes de los actuales socialistas, como la divinización del Estado o el antijudaísmo. Y eso que lo digo solo para provocar.

Jorge Luis Moliste Soler comenta la letra del himno nacional propuesta por Luis Alfonso R. del Trío. Don Jorge Luis opina que "habría que evitar ciertas palabras como patria, Plus Ultra, etc. que pudieran rememorar tiempos pasados". El argumento me parece extravagante. ¿Es que los tiempos pasados de los españoles resultan deshonrosos? Patria es la comunidad de nuestros padres y antepasados. Plus Ultra es la divisa que añadió Carlos V al escudo real para resaltar la hazaña de la conquista de América. Pocos países pueden exhibir un logro semejante. Don Jorge Luis propone otra letra del himno que termina así: "Fuerza España, país de grandeza y solidaridad y así siempre será". Lo de "fuerza España" me suena a italiano y a deportivo. ¿Por qué no "viva España? No estaría mal que se acabara la monserga de que el nombre de España es algo privativo de la derecha política.

Jesús García aporta una nueva versión del himno nacional. Empieza así:

Sol de España,
quijotes, sanchopanzas,
trigo, olivo y vid,
del arte de vivir

Francamente, me parece que podría servir mejor para un cartel turístico. Por otra parte, el sol, el trigo, el olivo y la vid son elementos que pueden predicarse de muchos otros países.

Albert Icart (Cataluña), desenganchado del nacionalismo, me comenta el asunto de la querencia por lo concreto de la lengua española. Imagino que tampoco es una tacha. Simplemente, tenemos que hacer circunloquios y reforzar algunas palabras para expresar ideas abstractas. Por eso hay tantas imágenes en las iglesias españolas.

Por otra parte, a don Albert le gustó la letra del himno nacional que envió Luis Alfonso R. del Río. Pero no le gustó nada lo de "Madre de patrias, destino imperial". Pues no sé por qué no le resulta simpática la idea de que, del antiguo imperio español, se haya desprendido una veintena de patrias, los estados que hoy constituyen el bloque hispanoamericano. Es una hazaña portentosa, la del imperio americano, sobre todo para ser realizada por la pequeña Castilla en poco más de medio siglo. En ese corto lapso se levantan ciudades, se erigen catedrales y universidades, se explora un continente. Cierto que hubo crueldad y rapiña, pero no más que la existente en Europa por las mismas fechas.

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