Los periódicos traen sesudos artículos con la alarma de las últimas cifras de la inflación. No importa que estén en el grupo de las más bajas del siglo. La comparación se establece con el deseo utópico de “inflación cero”, naturalmente con “pleno empleo”. Los mismos periódicos acogen anuncios del tipo “Compre ahora (viajes, coches, electrodomésticos, etc.); pague después”. Bien, esa es la almendra de la inflación: gastarnos el dinero que aún no hemos ganado. Es una práctica generalizada y, además, bien vista. Se acusa mucho como preparación del verano. La paga extra se funde antes de cobrarla. Verano es gastar.
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