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Amando de Miguel

Correspondencia personal que puede interesar

El espíritu de libertad, de tolerancia o de autocrítica era antes más de izquierdas; ahora es más de derechas. Así es la vida.

El correo se llena todos los días de correspondencia personal. Intento despacharlo de modo particular, pero a veces puede tener un interés general. Ahí van algunas muestras.

José María Navia-Osorio se pregunta cómo habría que llamar a estas piezas que yo escribo en Libertad Digital: ¿artículos, páginas, columnas? Yo los llamo "artículos", aunque sería más castizo denominarlos "artejos". Pero tienen un carácter interactivo, que no suelen adherir los artículos periodísticos clásicos. "Columnas" no son porque, por mucho que LD sea un periódico, no mantiene el formato de "columnas" de los periódicos de papel. No es una "página" ni un "blog", pues son piezas de un todo más amplio. Pido ayuda para averiguare qué demonios es esto que hago en LD.

María Dolores de Burgos me dice que le gustaría ver reunidos todos estos artículos en un libro. Quizá lo haga, pero son casi tres mil y además tengo otras urgencias de escribir. Ya publiqué un libro con los primeros artículos (La lengua viva, La Esfera de los Libros, 2005) y hace poco he sacado otro más elaborado y enterizo con mis opiniones sobre el habla (La magia de las palabras, Infova, 2009). Doña María Dolores se confiesa: "Lo único que no me gusta de usted es que sea tan de derechas". Nadie es perfecto. Me siento ahora más de derechas (más como mentalidad que como ideología) porque veo que los de derechas pueden criticar los errores del PP. En cambio, los socialistas no pueden criticar los errores del PSOE. Ese espíritu de libertad, de tolerancia o de autocrítica era antes más de izquierdas; ahora es más de derechas. Así es la vida. Aunque puede que el girar hacia la derecha sea simplemente parte del proceso de maduración personal. Hay también algo objetivo. Resulta difícil ser ahora de izquierdas en España cuando tenemos el Gobierno más incompetente que ha habido desde Fernando VII.

Raúl Felipe Montoya (antiguo alumno de Barcelona) me pide que recuerde el nombre de mi amigo chileno que introdujo conmigo la sociología científica en Barcelona. Creo que se refiere a Juan Francisco (Pancho) Marsal. Era un catalán por los cuatro costados, pero no nacionalista. Coincidimos en muchas cosas. Le dedico algunas páginas en mis Memorias, que estoy terminando de escribir y se publicarán por Infova.

Don Raúl aprovecha la misiva personal para sugerir que se quite el adjetivo "Real" a la Real Academia Española. Estimo que se puede ser honradamente republicano, como don Raúl, pero la Real Academia Española lo es desde el siglo XVIII, igual que el Palacio Real de Madrid. Ese palacio seguirá siendo así, aunque en él viviera Manuel Azaña como presidente de la República.

Juan Antonio Cansinos Capote (vaya apellidos tan literarios) está terminando el libro Secretos del idioma español. Me pide que se lo prologue. Con mucho gusto lo haré. Mándeme un manuscrito y le daremos aire en esta seccioncilla. Me alegro de que haya tantos aficionados al idioma común de los españoles. Podríamos llamarlos "lenguatrices".

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