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Amando de Miguel

Diccionario vivo

Me consulta Pablo Klimann el término “brunete” que no encuentra en los  diccionarios. Cierto es; ni siquiera recogen esa voz los diccionarios de uso, que los hay muy completos. Lo que indica que, por encima de todos ellos, está el diccionario vivo. Cuando Arzallus alude a “la brunete mediática”, todo el mundo sabe que se refiere, con sarcasmo, a los medios de comunicación que atacan al nacionalismo vasco. Es una metonimia exagerada para aludir a la División Acorazada Brunete, que está en Madrid y que se supuso que iba a dar el cuartelazo de 1981. Arzallus supone que los gobernantes españoles (él dice “de Madrid”) se sirven de determinados medios de comunicación para arremeter contra el espíritu de los gudaris, los luchadores por la libertad de Euscalerría. No hay tales hoplitas. Simplemente, las ideas de Arzallus horrorizan a casi todos los españoles y por lo menos a la mitad de los vascos. Luego el Gobierno de la nación española no necesita de ninguna “brunete mediática” para mantener su rechazo del secesionismo que plantea Arzallus y sus acólitos. En griego, “akóluthos” es tanto como “sputnik” en ruso, esto es, literalmente compañero de viaje. Eso va de propina, amigo Klimann, como contestación a su amable “emilio”.
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