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Amando de Miguel

Disquisiciones gramaticales para profanos

Los idiomas sirven para comunicarnos y para otras muchas cosas, incluyendo la de no comunicarnos. Para eso mismo no existe una lengua universal.

¡Buena la hice con lo del "imperativo mitigado"! He provocado el rechazo de algunos libertarios, conspicuos gramáticos ellos. J.A. Basc está de acuerdo con el principio de que algunas órdenes hay que darlas amablemente, pero no utilizamos propiamente imperativos sino perífrasis: "¿Podrías hacer esto?", "Rogamos silencio", "Vamos a dormir, niños". En cambio, el uso del infinitivo (que yo proponía para la misma función) "no quita hierro a la orden". Por otro lado –sigue mi comunicante– los rótulos de "empujar", "no fumar", etc. "difícilmente se pueden justificar como órdenes". La prueba es que se emplean en plural, no en singular. En opinión de mi comunicante, la sustitución del "¡sentaos¡" por "¡sentarse!" es un simple vulgarismo. La verdad es que me hacen pensar los argumentos del misterioso o misteriosa J.A. (Qué manía del anonimato).

No estoy muy de acuerdo con lo del aviso de "no fumar" como plural. Se dirige también a una persona concreta para que no fume y la orden se dice de una forma delicada. En muchos productos de alimentación se contiene este imperativo mitigado: "No consumir más allá de (tal fecha)". Sonaría mal la orden tajante: "No consumid" o "No consuma".

Norberto Cabrillo insiste en que "las formas iros, marcharos, etc. no son imperativos, sino formas populares, o incorrectas, de las formas normativas de imperativos: idos y marchaos. Sostiene don Norberto que las formas en infinitivo nos acercan al lenguaje de los indios en las películas del Oeste. (Añado que esa forma de hablar en algunas películas dobladas en español es porque los indios hablan en español según la versión original).

Concluye don Norberto:

Yo siempre sigo una norma ante la duda de qué forma escoger: Siempre hay que elegir la forma más simple y natural. De esta manera, hemos de preferir la "b" a la "v", la ausencia de hache a la hache, la ausencia a la presencia de una tilde, etc... Puede resultar vulgar decir "hemos llegao", mucho mas vulgar "hemos llegau" pero resulta absolutamente ridículo el "bacalado de Bilbado".

No estoy de acuerdo con el principio de lo más simple y natural. Si así fuera, no se habrían constituido diferentes idiomas y se habría impuesto el esperanto. Los idiomas sirven para comunicarnos y para otras muchas cosas, incluyendo la de no comunicarnos. Para eso mismo no existe una lengua universal.

Enric Pinyol califica mi propuesta alternativa del "imperativo mitigado" como "imperativo para ignorantes". Este es su juicio (corrijo la ortografía): "Hombre de Dios, ¿cómo puede justificar una falta, aunque sea leve, solo porque a usted le suene mejor? [...] ¿No será que usted incurre habitualmente en esos vulgarismos (el mejor que haiga, nosotros lleguemos antes, más mayor, etc.) y como le son propios ya le parecen hasta bonitos?". Pues no, don Enric; no soy tan ignorante.

Chusé Cabrero sostiene que la forma iros es el imperativo correcto del verbo ir, ya que el idos está reservado para el participio. Afirma que la forma sentaros es simplemente la pronunciación vulgar de sentaos. "La forma no fumar es una instrucción; difícilmente se podría utilizar como imperativo mitigado". Termina el (o la) purista con este consejo: "Cuando haga artículos gramaticales, procure informarse antes". Es lo que he intentado hacer, al repasar la voluminosa Gramática descriptiva de la lengua española, dirigida por Ignacio Bosque y Vicente Demonte. Ahí es donde se vislumbra que hay distintas formas de modular la función imperativa de los verbos. Incluso el "procure informarse" de mi corresponsal es un imperativo mitigado del "infórmese".

José Félix Talegón (Madrid) sostiene que el imperativo de toda la vida puede mitigarse muy bien con las cláusulas de cortesía; por ejemplo, "por favor", "se ruega", etc. No le convence mi argumento de que pude haber un imperativo mitigado, por ejemplo, con el infinitivo en esa misma función de una orden o una petición cortés. Recuerdo el ejemplo de "venga, venir a cenar este viernes". Bien, insisto en que mi tesis quizá sea muy brusca, pero el imperativo sin más me parece un tiempo verbal poco flexible para una sociedad compleja. La gramática se hizo para el hombre, no el hombre para la gramática.

Carlos Freile (Ecuador) aporta una versión de su país para suavizar una orden o un pedido: "Dame pasando la alcuza", que equivale a "por favor, pásame la alcuza". Para una acción futura la expresión es todavía más barroca: "Darasme trayendo un litro de leche".

Ramón Freire (El Rompido, Huelva) me llama la atención sobre el nuevo título de Premios Príncipes de Asturias, "lo que, en mi opinión, constituye un error por exceso de concordancia". Lo correcto, dice don Ramón, es Premios Príncipe de Asturias. Tiene razón el del Rompido. La Constitución habla del Príncipe de Asturias como Príncipe heredero. En todo caso entiendo que podrá hablar algún día de la Princesa de Asturias, pero no ha lugar para los Príncipes de Asturias. No puede haber dos herederos al trono.

Antonio Barbeito señala el error de tantos documentos oficiales: "Aviso. Por la presente se comunica…". Se pregunta don Antonio si no sería mejor decir "por el presente" o simplemente ir al grano: "Aviso. Se comunica...". Comprendo que es un sesgo barroco, como hay tantos. "La presente" se refiere a carta, nota, comunicación, etc., todas en femenino. Todavía hay otra forma más barroca, esta muy madrileña: "Mejorando lo presente". Equivale a "respetuosamente" o "no se ofenda por la comparación".

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