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Amando de Miguel

El crítico criticado critica

En pocas palabras, la derecha hoy mira más a la igualdad y al progreso. La izquierda hodierna se orienta hacia el antiamericanismo y en definitiva hacia la crítica de la economía de mercado.

El 13 de diciembre de 2005 tuvimos en LD un interesante chateo, algunos libertarios y yo. Dada la necesidad de repentizar las respuestas, es inevitable que se deslizaran errores o imprecisiones que ahora quiero corregir.

Ante la pregunta sobre algún libro que tratara del lenguaje corporal, contesté que, así, de repente, no me acordaba de ninguno. Ahora, con más calma, puedo citar las obras de Erving Goffman (a quien seguramente importé yo por primera vez hace 40 años). Algo más moderno y sistemático es el libro de Flora Davis, La comunicación no verbal (Alianza, 1991). Son dos clásicos.

En respuesta a la pregunta sobre “el secreto de un buen comunicador”, daba yo algunos rasgos. Uno de ellos era “no leer”. ¡Qué barbaridad! Debe entenderse que los buenos comunicadores, sean periodistas o políticos, son los que no leen sus intervenciones o discursos. Pero, naturalmente, acumulan muchas lecturas previas a lo que emiten.

Ante el estímulo para que me pronunciara sobre la Universidad catalana, contesté ─demasiado esquemáticamente─ que “tiene poco de universidad”. Quise decir que es una universidad muy provinciana, con pocos estudiantes y profesores venidos de fuera de Cataluña. Esa endogamia es lo contrario de la “universidad” (= varias naciones u orígenes de los estudiantes y profesores).

Ante la pregunta sobre la normalización de las lenguas españolas, dije que la catalana, inspirada en Pompeu Fabra, fue de finales del siglo XIX. Fue un error; lo siento. El famoso Diccionari de Pompeu Fabra (nacido en 1868) es de 1932. Tengo un ejemplar de la primera edición y lo consulto muy a menudo.

Un libertario me preguntó por la efectividad del manifiesto firmado por Luis Herrero y otros ocho periodistas, al que se han adherido más de 600.000 oyentes de la COPE en números redondos. Contesté que “es una demostración de que la libertad ha prendido en muchas conciencias”. Añado ahora que ese sentimiento de libertad es general y anterior al mentado manifiesto. Lo nuevo es que molesta al Gobierno y a sus hoplitas que haya tanta gente que se sienta libre.

Hay una frase mía demasiado elíptica: “La izquierda y la derecha de hoy son distintas de las de hace medio siglo”. Quizá se aclararía mejor con un reciente libro. Entre los dos siglos, que he publicado en Gota a Gota. En pocas palabras, la derecha hoy mira más a la igualdad y al progreso. La izquierda hodierna se orienta hacia el antiamericanismo y en definitiva hacia la crítica de la economía de mercado.

Ante la pregunta sobre mi próxima novela dije que “está a punto de salir una novela sobre la violencia doméstica. Va a sorprender a las feministas”. Va a sorprender porque ahí verán que no soy un machista y que el asunto de la violencia doméstica desborda la estrechez de la “violencia de género”. La novela seguramente se llamará Tres eran tres, pero todo depende de la editora. Quizá le cuadre más lo de Odios familiares.

Mi última recomendación del chateo fue “hay que leer mucho”. Es la cantinela del profesor vejancón. Noté en las preguntas del chateo que nadie parecía haber leído los últimos libros míos, sobre los cuales yo creí que iba a girar la conversación. Fue un poco frustrante, la verdad.

Luis Jodar precisa una contestación que daba yo en el chateo citado. Criticaba yo a Moratinos al traducir partnership por paternado. Y añadía yo: “Confunde parte con padre”. Don Luis lo dice mejor: “Creo que el señor Moratinos ha traducido partnership como paternado en lugar de partenariado. Confunde el término socio, asociado (partner en inglés) con el de padre o paternalismo”. En definitiva, lo de paternado es un caso más de trabucamiento. Quizá quiso decir partenado. Es igual; todo es un galimatías.

Francisco Abad me da la enhorabuena por mi libro Entre los dos siglos, el XX y el XXI. Me corrige mi aseveración de que el término “edad de plata” fuera un hallazgo de José Carlos Mainer. Don Francisco sostiene que esa expresión la propuso Ernesto Giménez Caballero, aunque referida a toda la literatura española desde 1700 a 1939. Sostiene don Francisco que el mismo término, pero comprimido para el periodo 1875-1936, lo utilizó José María Jover en su Introducción a la Historia de España (1963). Así pues, se trata de una convergencia temporal de descubrimientos, como tantas veces ocurre en la ciencia. Francamente, el término se debe reputar a quien más ha estudiado la Literatura de esa “edad de plata”, entre los siglos XIX y XX, que es Mainer. De paso, don Francisco me pide que estudie la rápida secuencia de acontecimientos en torno a 1500, 1600, 1700, 1800 y 1900. Dejo un asunto tan interesante a los historiadores. Yo solo me he ocupado parcialmente del 1900 (El final de un siglo de pesimismo, La España de nuestros abuelos) y ahora del 2000 (Entre los dos siglos).

Como ustedes saben, he publicado en forma de libro, los artículos de esta seccioncilla correspondientes al año 2004 (La lengua viva, La Esfera de los libros). Recibo esta crítica de Juan Antonio Lloret (ingeniero industrial, Caravaca, Murcia) que bien pudiera interesar a otros libertarios. Es más larga y selecciono algunos párrafos: “Me arrepiento [de haber comprado su libro]… Se trata de un estudio, cuasi esperpéntico, de la evolución de la lengua castellana… de una manera irrespetuosa y poco seria, casi cómica…Si lo que quiere es satisfacer su ego, adelante, continúe con el circo… ¿Cree que la gente joven escucha sus opiniones?... No se haga falsas esperanzas, no se engañe así mismo [sic] y tenga la decencia de rectificar… Por lo general, nosotros, los técnicos, pensamos que ustedes son prescindibles… que sirven de bien poco, que no hacen nada que tarde o temprano no lo pueda hacer una buena base de datos… Piense, piense el daño que puede estar haciendo… No debería [usted] hablar de política”. Sigue un largo y tedioso memorial sobre mi persona con la advertencia: “No creo que lo publique, sería demasiado inteligente por su parte”. No sé si lo inteligente sería publicarlo o no publicarlo. No lo publico por respeto hacia usted, mi querido don Juan Antonio, y en atención a los otros libertarios. Además, es Navidad.

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