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Amando de Miguel

El intríngulis del tres por cuatro

En español el número 4 entra en algunas expresiones de forma extraña. Por ejemplo, "los cuatro costados" cuando solo hay dos. A veces toma un carácter despreciativo, como en "cuatro gatos" (= poca gente y de escasa significación).

Sigo recibiendo una catarata de datos sobre la magia del número 3. Sintetizo todo lo que puedo. Eduardo Fungairiño aporta algunas tríadas famosas: Dios, Patria y Rey; Una, Grande y Libre; ein Reich, ein Volk, ein Füherr; César, Pompeyo y Craso; César Augusto, Marco Antonio y Lépido. En España se decía: un español, un cero a la izquierda; dos españoles, un militar y un cura; tres españoles, una procesión. En Francia: Mr. Dupont, Mme. Dupont y la amiga de Mr. Dupont. Podríamos añadir: el Rey, la Reina y la Princesa (o bien la Otra).

J.A. Martínez Pons recuerda otra tríada famosa: familia, municipio y sindicato. En su querida Mallorca dicen: "Qui fa tres, ase es" (= quien mete la pata tres veces, burro es). Francisco Moreno Doncel se pregunta por el origen de esa locución "tercer mundo" (= países pobres). Supongo que la cosa viene de Francia, donde surgió el tercer estado, la tercera edad y la famosa tríada libertad, igualdad, fraternidad.

Hug Banyeres me indica que el número perfecto para Pitágoras no es el 3 sino el 4. Me sugiere caritativo: "Hallará información en Google". No me satisface Google para dar cuenta de la magia del número 4. La información que trae es sencillamente decepcionante. Esa magia es anterior a Pitágoras y ha persistido hasta nosotros. Es evidente que ese número se dibuja en la cruz o en el cuadrado. Cuatro son los elementos naturales (fuego, tierra, agua y aire), las estaciones del año, los puntos cardinales, las fases de la Luna, los diablos mayores a los que se alude en el Quijote (Lucifer, Belcebú, Satanás y Barrabás). También en el Quijote se citan las cuatro eses del enamorado (sabio, solo, solícito y secreto). El 4 penetra muchas tradiciones cristianas: los 4 evangelistas, los 4 profetas de Israel, las 4 letras de YHVH (= Yavé o Jehová), los 4 jinetes del Apocalipsis, los 4 ríos del Paraíso. Recordad la oración infantil: 4 esquinitas tiene mi cama...

En español el número 4 entra en algunas expresiones de forma extraña. Por ejemplo, "los cuatro costados" cuando solo hay dos. A veces toma un carácter despreciativo, como en "cuatro gatos" (= poca gente y de escasa significación), "cuatro perras" (= poco dinero). Algunos relojes antiguos, en lugar de la hora IV, ponían "IIII". La historia es que un relojero real se equivocó al dibujar los signos de las horas en un reloj y puso "IIII" en lugar de "IV". El Rey lo mandó a la horca. Desde entonces, como homenaje al relojero, sus colegas siguieron poniendo el "IIII".

Ya he dicho que la magia del cuatro es anterior a Pitágoras. Así, el juego del ajedrez procede de la India. En sánscrito esa palabra procede de otra que quiere decir "cuatro armas" (peones, caballos, torres y alfiles). El juego de las cuatro armas o cuatro tipos de tropas se ha repetido en el despliegue de muchos ejércitos.

Está también la magia de las encrucijadas, los cuatro caminos que se cruzan. En latín es "cómpita" y en francés "carrefour". En esos cruces ponían altares los romanos, que luego se cristianaron como cruceros. La idea era que un cruce de caminos representa un símbolo muy especial. Las ciudades romanas se edificaban a partir de un cruce de caminos muy frecuentado. Esa es nuestra plaza mayor de muchos pueblos y ciudades.

Son innúmeras las derivaciones a partir del número 4: la cuaderna vía, el cuarteto, la cuadriga, el cuadro pictórico, el cuadrúpedo, el cuadrivio (Matemáticas, Gramática, Retórica y Dialéctica), el cuarterón, la cuartilla, el cuartillo, descuartizar, la cuadrilla. Con el prefijo "tetra" (4 en griego) podríamos componer muchas más palabras. Decididamente, el 4 y el 3 son números mágicos. Multiplicados son 12, otra combinación repetida.

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