Cuando nos referimos al lenguaje, hay que incluir también la curiosidad por su forma no verbal ni escrita. Es la que corresponde a los gestos o movimientos del cuerpo, incluso la forma de vestir o de acicalarse. Es evidente, por ejemplo, que una persona con un tatuaje o un pirsin se está "retratando", aun sin hablar. Sebastián Romero Fuster me enseña que "hacer la peseta" o la "peineta" es el gesto de cerrar el puño y levantar el dedo medio. Es una forma disimulada para mandarle a alguien a tomar por el culo. No es tanto un deseo soez en su literalidad como una actitud de desprecio. Sigo teniendo una confusión con ese otro gesto rápido o enérgico de doblar el brazo derecho hacia arriba y colocar la mano izquierda sobre la coyuntura. ¿Cómo se llama ese gesto? ¿No equivale a lo mismo? Solicito ayuda. Me fascina ese gesto de Rubalcaba de juntar los dedos de ambas manos, dirigirlas hacia abajo y moverlas horizontalmente. Equivale al gesto del trilero, pero Rubalcaba lo hace como expresión de algo sistemático y pensado. Tampoco sé cómo se puede llamar ese gesto, que me parece también de predicador.
José Luis Ramírez (Suecia) se refiere a los gestos "maniáticos", en el sentido irónico de los que se hacen con las manos. (Se podrían llamar también "quirocinéticos", puestos a ser cultos o cultistas). El de Suecia ha observado con detalle la "quirocinestesia" (si se me permite seguir jugando con las palabras) de Zapatero, por ejemplo, el manejo de las manos en gesto sacerdotal de "dóminus vobiscum" o de indicar la anchura de algo. Don José Luis me añade la observación del gesto que consiste en levantar el dedo índice "como dando órdenes" y que practican tanto Fidel Castro como José María Aznar. Añado que es un gesto admonitorio, típico de los sermones curiales.
Carlos Gordo Blanco me corrige: el gesto de levantar el dedo para indicar "soy el número uno" lo hizo Luis Miguel "Dominguín" en una sola ocasión, el 17 de mayo de 1949. Caramba, qué precisión la de don Carlos. Pero entiendo que ese gesto tuvo tanta eficacia que quedó para siempre. Don Carlos añade a los gestos típicos el de comer (apiñar los dedos y dirigirlos a la boca) o el de beber (lo que llamamos "empinar el codo"). Aunque mi corresponsal considera que son gestos "universales", tengo mis dudas. Ni siquiera el gesto de decir "si" o "no" con el movimiento de la cabeza son gestos universales. No hay un lenguaje corporal universal como no lo hay verbal.
José María Navia-Osorio anda ahora muy atareado con su nuevo cargo o carga y ya no tienen tanto tiempo para los comentarios usuales, tan llenos de sentido y de ironía. Pero se agradecen lo mismo. Ahora es una loa a los jóvenes católicos, reunidos en Madrid. "No pretenden cambiar el mundo aportando sus ideas" como los perroflautas. Son su contrario. "Por lo menos son más limpios y quieren agradar a los demás". Estoy de acuerdo en la humildad de los jóvenes católicos, su alegría, su limpieza. Hay que verlos. En ellos sí que cuenta el lenguaje corporal. Me intriga su preferencia por el sombrero australiano. Yo mismo me he hecho con uno.
Hay culturas que necesitan apoyar más las palabras con gestos de la cara o las manos. La española es una de ellas, como lo es la mediterránea y la hispanoamericana. Se nota, incluso, en la forma que tienen los españoles que escriben al jugar con los signos tipográficos. Lo veo sobre todo en los mensajes del Facebook. El teclado del ordenador es una maravilla para utilizar esos signos con verdadero deleite. Reconozco que yo soy demasiado austero en esto como en todo.