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Amando de Miguel

El significado de las palabras

Christian Porver anota que el adjetivo álgido tendría que ser el punto más frío o débil de una secuencia. Así, dice que “el punto álgido de la excelente intervención de Mariano Rajoy [el 1 de febrero] se debería corresponde con el momento en que su cuota de pantalla era mínima”. Don Christian tiene razón, pero solo si nos quedamos con la significación originaria. En efecto, álgido era el punto más frío, pero ─mire usted por dónde─ ahora es el punto culminante de algo, verdaderamente el punto más cálido. Caprichos de la lengua viva. Así pues, el punto álgido de la estupendísima intervención de Rajoy estuvo en la réplica, que le tocó con la hora de máxima audiencia. Además, ahí se creció el de Pontevedra y estuvo sobrado, dicho con término taurino.
 
Ángel Pastor (Bilbao) rechaza el uso que se da corrientemente a la voz síntoma como algo objetivo y mensurable. Él es el médico, y en su ciencia los síntomas son señales de difícil o imposible cuantificación. Pone el ejemplo del “dolor”. De acuerdo, el dolor no se puede medir, es subjetivo, pero la Medicina va midiendo cada vez más cosas. No otra cosa son las “pruebas de diagnóstico”. La Medicina progresa desde los síntomas o indicios a los medidores o fenómenos que se estiman con alguna precisión, por ejemplo, la fiebre.
 
Carlos Ruiz Caballero (Murcia) me plantea el correcto uso de la palabra tema. Muy fácil. El tema es de lo que se habla, el objeto de una conversación o una disertación. Es también lo repetitivo o constante en el lenguaje musical. Por ahí nos vamos hacia “la tema”, la obsesión o manía de los locos o los borrachos. Debe rechazarse la extensión de “tema” como equivalente de asunto o cosa, como una especie de comodín, excepto si se desea un toque de ironía.
 
Gabriel Martínez-Almeida (Enschede, Holanda) recuerda haberme oído en la COPE, hace unos años, hablar de la palabra responsabilidad, desaparecida de los textos escolares. Me pide que recuerde lo que dije en esa ocasión. La verdad, no lo recuerdo. Quizá quise decir que la enseñanza no insiste mucho en ese concepto, verdaderamente indispensable. Es un cultismo que se introdujo en el siglo XIX para indicar la cualidad del que “responde”, en el sentido del que cumple lo que de él se espera. Es la base de la concepción individualista y moral del Derecho. Es responsable quien anticipa un posible daño para cualquiera, el que acepta las consecuencias de su libre decisión, el que cumple con su obligación. Lástima que en español no tengamos equivalencia para la voz inglesa accountability (= responsabilidad en el sentido de presentar las cuentas claras).
 
Pablo Sancho de Salas (Madrid, ingeniero aeronáutico) protesta por la acepción principal de inconmensurable como “enorme” o “sin medida”. Él le da un sentido matemático: lo que no es posible precisar con un número exacto. Bien, valgan los dos sentidos, pero el vulgar es el que se impone en el habla corriente. El lector entiende muy bien cuál de los dos sentidos se emplea. Si no hubiera muchas palabras con dos o más sentidos, el lenguaje no existiría como un hecho cultural.

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