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Amando de Miguel

El temor al “dequeísmo”

Durante algún tiempo causó estragos el dequeísmo en el habla del castellano en España. Todavía sigue en activo. Es el clásico “pienso de que”, un insolente ruido en la música del idioma. Un famoso transgresor fue el ministro Narcís Serra. El dequeísmo suele ser una influencia catalana o hispanoamericana y afecta más bien a personas con poca instrucción. Si se acepta como una variedad regional del habla, puede pasar, pero, aun en esos casos, conviene hacer ejercicios de rehabilitación léxica.

Más curioso es el vicio contrario, derivado del temor al dequeísmo. Consiste en eliminar el “de” cuando antecede correctamente al “que”. Suele ser un defecto que practican personas tenidas por cultas. Aduciré una ilustración eminente. Oídos los discursos de los dirigentes del PP en el reciente XIV Congreso, fueron muchas las veces en que se pudo escuchar: “estoy convencido que”. El latiguillo lo repetían varios oradores, desde los “teloneros” hasta el mismísimo José María Aznar. No cabe la defensa de la improvisación o del lenguaje coloquial. Eran discursos leídos y se supone que varias veces corregidos y perfectamente ensayados. Las frases se pronunciaban enfáticamente coram pópulo. Por tanto, no hay excusa para evitar la forma correcta: “estoy convencido de que”. Ahí se ve que Narcís Serra hizo más daño a la lengua común de lo que imaginamos.

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