Menú
Amando de Miguel

Errores, impropiedades y solecismos

El otro día Jesús Lainz registró el comentario de una señora que aseguraba que había cenado "ovíparamente".

Hace tiempo que no hablamos aquí de lo que llamábamos "trabucazos", errores que comete la gente cuando quiere ser fina. Jesús Lainz sigue recogiendo trabucazos allí donde va, convertido en una especie de entomólogo del habla. El otro día registró el comentario de una señora que aseguraba que había cenado "ovíparamente". Debemos reconocer que lo de "opíparo" (derivado de ops = riqueza) queda un poco dificultoso. En cambio, lo de reproducirse por huevos puede que tenga algo que ver con el gusto por la comida.

Agustín Fuentes me dice que por qué acudo a  la palabra "escoliasta" (= el que hace comentarios a un texto o un discurso) en lugar de "escoliador". Don Agustín opina que "escoliasta" equivale a destructor de escolios. No sé de dónde ha podido sacar esa fantasiosa equivalencia. Las dos palabras significa lo mismo, pero "escoliasta" conserva mucho mejor su origen griego ("skolastikés"), lo que hoy decimos "comentarista". Comprendo que es un poco culterana mi elección, pero tiene su gracia. Cuando hay una sinonimia o un emparentamiento entre dos voces suelo a veces preferir la más cercana a su origen etimológico. Después de todo, esta sección se redacta ánimus jocandi, más que nada para evitar ofensas y resquemores. No siempre consigo ese propósito.

Jaime Lerner me anima mucho con su observación de que en la Argentina se produce lo mismo que en España: "la pobreza del lenguaje, afectado por las metáforas  politiquesas".  Si fueran solo metáforas, iríamos bien. Como hemos visto tantas veces, el politiqués viene a ser una mezcla de ignorancia, afición al neologismo y petulancia. Por ejemplo, no sé si en Argentina, pero en España la última patochada de los políticos es hablar de "condicionalidades". Toda la vida de Dios han sido "condiciones", pero por lo visto así quedan más finos. Ya sé que en inglés tienen la palabra "condicionality" (= condición) y así la traducen literalmente. Pero esa no es razón para destrozar el idioma español. En todo caso hay una condicionalidad en la cualidad de lo condicional. Así pues, la condicionalidad del rescate del Banco Central Europeo es que establece condiciones.

Michael Gavin (Barcelona) se lamenta de este tipo de frases: "Si lo hubiese sabido, lo hubiera comprado", cuando lo correcto es "lo habría comprado". Tiene razón. El error se oye mucho en Cataluña y cada vez más en toda España. Yo mismo confundo a veces los dos tiempos, quizá porque en el País Vasco, donde me crié, eso es muy común.

José Oscar Gil Gutiérrez me dice que en Colombia es corriente ahora que los políticos y periodistas pronuncien frases como esta: "¿Habrán diálogos de paz?". Tiene razón mi corresponsal: "El verbo haber no tiene plural cuando significa presencia o existencia de personas o cosas". En España empieza a ser usual ese mismo error. Recuérdese el "han habido" de muchos hombres públicos, especialmente si son catalanes. No es un contagio de la lengua catalana (que sigue la misma norma) sino pura ignorancia. Puede ser también la imitación de un vulgarismo.

En algunos casos las aparentes impropiedades del lenguaje se explican porque se trata de una materia viva, como indica precisamente el título de esta seccioncilla. Sucede  a veces que se inventa un nuevo sentido de una palabra y esa innovación tiene éxito. El cual se manifiesta en que la novedad se repite en los discursos oficiales o en los medios de comunicación. Pongo dos ejemplos relacionados: "relato" y "escenificación". Relatar es contar un cuento o algo parecido. Escenificar es hacer teatro, representar algo con cierto dramatismo. Cuando los periodistas o tertulianos se refieren a la vida política, esas dos palabras vienen pintiparadas para dar un aire crítico o intelectual a sus comentarios. Los sucesos políticos se convierten así en una especie de drama o de comedia en donde priva la retórica, la figuración.

En España

    0
    comentarios