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Amando de Miguel

Eulalia, el arte de hablar bien

Juan Castelao cuenta que, a su regreso del Canadá, se encuentra con que los empleados de Movistar tienen como norma tratar de tú a los clientes. No pasan al “usted” hasta que el cliente insiste en su deseo de que así lo traten. Protesta don Juan por lo que considera una afrenta. Razona que “el inglés carece del usted, pero se le agregan formas de cortesía cercanas a ese tratamiento”. En efecto, en inglés el tuteo consiste en dirigirse a la otra persona por el nombre de pila; el tratamiento de usted se basa en utilizar el apellido del interlocutor. Por eso, al conversar en inglés, es imprescindible saber el nombre de la otra persona. De ahí la tontería de los congresos en los que cada asistente lleva un escapulario con su nombre. Estoy con don Juan en que el tuteo generalizado es una desgracia para nuestra convivencia. Los anuncios de la Dirección General de Tráfico son proclives al tuteo: “No podemos conducir por ti”. También nos hablan así en las campañas electorales. Dan ganas de no votar.
 
José Galbete (Pamplona, Navarra) me comunica que en su tierra también se deslizan por lo que allí llaman el “condicional foral”. Pone el ejemplo: “Si tendrías lo que hay que tener, correrías los encierros”. ¡A mí que no me suena mal! Bueno, para los escolantes hay que insistir en que debe recurrirse al imperfecto de subjuntivo: “si tuvieras…”. Soy libertario, que no libertino.
 
J. de la Fuente me advierte que no debo confundir el imperfecto de subjuntivo (“supiera”) con el pluscuamperfecto de subjuntivo (“hubiera sabido”). Vale. También los gramáticos se las traen con los nombrecicos.
 
Mª Elena Mulet comenta que la ministra Narbona dice “otro agua” y “ese agua”. Pues será todo lo ministra de cuota que quiera, pero “agua” es del género femenino. Y digo del “género”, y no del “sexo”, pues el agua no tiene sexo. Así pues, habrá que decir “otra agua” y “esa agua”. Solo en el caso excepcional del artículo determinado, y con menos fuerza en el indeterminado, se dirá “el agua” o “un agua”, pero la riquísima molécula seguirá siendo del género femenino. También es verdad que en el lenguaje coloquial se puede alterar un poco la norma que digo, pero no en el lenguaje escrito o formal. Una ministra, que a todos nos representa, debería saber que siempre habla con un lenguaje escrito o formal. Por eso mismo, peor es que diga que los murcianos riegan las huertas con aguas fecales. Una ministra de Medio Ambiente no debe confundir la acequia con el albañal, la tajadera con el váter.
 
Antonio Giménez (Albacete) documenta la vacilación que existe sobre si la regla del artículo determinado ante una a tónica (el hacha) se puede extender a un, algún, ningún. Hay distintas opiniones. A mí me suena mejor “un agua”, pero “alguna agua” o “ninguna agua” y, desde luego, “otra agua” o “esa agua”.
 
Antonio Velázquez se duele de que esté desapareciendo el verbo oír, arrumbado por escuchar. Tiene razón. No son acciones equivalentes. Él mismo compara esa pareja de verbos con la de mirar y ver. Se escucha y se mira como un intento, un acto de voluntad, cuyos resultados de percepción son, respectivamente, oír y ver. Cuidado que es elemental la distinción, pero en la práctica del habla los dos planos se confunden.
 
Carmen Pérez Ruiz se lamenta de que, a través de la internet, la expresión sobre todo se escriba sobretodo (= abrigo, en desuso). Incluye a LD en esa lamentable tendencia. Me sumo a su pesar. Diré más. En los exámenes de los alumnos, desde hace algún tiempo, son muchos más los que escriben sobretodo falseando la locución adverbial. A mí me gusta su equivalente castizo de “mayormente”.
 
Juan Ignacio Contreras (Almuñécar, Granada) se refiere al comunicado del Gobierno español por lo del atentado de Londres. “Decían algo como que se sentían muy solidarios porque España tambiénha sufrido el terrorismo. Pero, ¿no sería más correcto decir que Españaestá sufriendo el terrorismo?”. El de Almuñécar tiene más razón que un santo. Por una vez, el presente continuo (una manía que proviene del inglés) es lo acertado. Pero que no sirva de precedente para lo de “estamos escuchando” que se repite hasta la saciedad en la radio; también en la COPE. Es una plaga. “La bolsa está bajando”, “las temperaturas están subiendo”, etc. Visto lo cual, el enunciado propuesto bien podría ser que “también padece España la continua amenaza del terrorismo”.

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