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Amando de Miguel

Extrañas buenas noticias

Escucho al que antes llamaban locutor, todo alborozado. Por fin una buena noticia. “Ha estallado un coche bomba y, por fortuna, no ha producido víctimas. Es una buena noticia”, comenta entusiasmado. Siento decir que a mí no me alegra mucho la lógica del “podía haber sido peor”. Un coche bomba que explota es siempre una mala noticia, aunque se diga que “explosiona” y que “no produce víctimas”. Si explota, víctimas hay, es decir, cualquier persona, natural o jurídica, que reciba daños. Víctima no equivale a muerto. La lógica de que el terrorismo puede ser de baja intensidad es sumamente viciosa.

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