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Amando de Miguel

Fotógrafos zarrapastrosos

Acepto la costumbre del “viste como quieras”, pero dentro de un orden. Yo mismo sigo la ley de la comodidad. Pero a veces hay que ponerse corbata. La cosa es no llamar la atención por el desaliño. Se trata de un respeto a los demás. Está bien, incluso, el uniforme por la misma idea de respeto. Se agradece en la azafata, el camarero o el que despacha los bocatas. El portavoz del Gobierno no puede ir de chándal. Así todos. Menos los fotógrafos, no se sabe por qué extraño privilegio. En los actos solemnes los fotógrafos pueden vestir a discreción.

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