Menú
Amando de Miguel

Hablas regionales

Un peruano y un mexicano vienen obligados a conocer el español, pero un peruano no tiene por qué entender el yucateco, o un mexicano puede pasar muy bien sin entender el quechua.

Ignacio de Lorenzo se refiere a una expresión típicamente gallega que asombra a su madre, riojana de origen y residente en Galicia. La expresión es "para la semana". La utilizan, por ejemplo, los operarios de diversos oficios cuando prometen venir a arreglar alguna avería doméstica. La madre de don Ignacio se pregunta a qué "semana" se refieren. Ya de paso, la madre de don Ignacio se maravilla de una frase que repiten los gallegos cuando pasa un tiempo sin llover: "Ya lloverá después lo que no ha caído ahora". La de La Rioja protesta: "Que no, que la lluvia no es acumulativa". Es cierto, pero la expresión gallega tiene una atención tranquilizadora y fatalista, como hay tantas. Para mí la culminación de esa disposición se cumple con la maravillosa pregunta que suelen hacer los gallegos: "¿Y luego?". Solo se debe contestar con otra pregunta.

Onofre Alarcón (asturiano, residente en México y luego en Tenerife) me comunica que en Asturias también se utiliza picar para "llamar a la puerta" y marchar en lugar de irse. En México se recurre al ¿mande? como equivalente de "¿dígame?". En México se dice aguas para advertir de alguna pequeña amenaza. En Tenerife dicen agüita con parecido sentido. Don Onofre lo atribuye a un residuo del ¡agua va! como aviso en la época previa al alcantarillado. Por último la guagua de Canarias o Cuba (= autobús) en Chile es bebé. Debo insistir en la gran riqueza del habla hispana y del parentesco de algunas voces a ambos lados del "charco" (el Atlántico).

José María Navia-Osorio protesta porque Alfonso Ussía escriba orvallo (la típica llovizna de Galicia y Asturias), cuando en Asturias escriben orbayo. No soy bablista, pero en español siempre se ha escrito orvallo y a veces orballo. Lo de orbayo me parece más bien un madrileñismo insufrible como lo de decir "poyo asado". También puede ser que la llovizna que es orballo en Galicia pase a ser orbayo en Asturias y sirimiri en el País Vasco. No se moja uno lo mismo en uno u otro lugar.

Manuel Montes Sánchez (madrileño residente en Huesca) me envía unos cuantos simpáticos aragonesismos:

  • coger un capazo (= entretenerse hablando con alguien).
  • esbarre (= desvío).
  • alcorzar (= acortar, sea el camino o un pantalón).
  • alcorce (= atajo).
  • trucar (= llamar a la puerta; un catalanismo).
  • paco (= umbrío).
  • mallata (= zona de pasto en el monte, majada).

Añado un aragonesismo muy gracioso, el "¿a qué fin?", parecido al "¿y luego?" de los gallegos.

Francisco García Antón anota que "en el valenciano de Elche, el moll es el salmonete. Así que moll agrait sería salmonete agradecido. Siempre podrá agradecer más un salmonete que un muelle". Me parece muy bien estas eutrapelias a propósito de mi error al confundir molt (= mucho) con moll (= muelle, salmonete). Francamente, son dos palabras difíciles de pronunciar para una laringe castellana. Las dos se quedan en mol, más o menos el mall inglés (= avenida, paseo, explanada).

Raúl Sibeud (San Lorenzo de El Escorial, Madrid) me cuenta que un amigo suyo, argentino, pidió frazadas a la señora del apartamento que había alquilado en Altea. La señora le entendió perfectamente, pues las mantas eran para ella flassadas. No es solo el parentesco entre dos hablas del mundo hispánico. En el Tesoro de Covarrubias, frazada era "la manta tejida de lana y peluda [con] el pelo largo y revuelto". Esa voz está emparentada con disfraz. El origen está en el verbo latino fricare (= frotar, restregar).

Inmaculada Alonso (Tenerife) certifica que los canarios, como ella misma, utilizan el verbo sentir con el significado de "oír". Eso mismo ocurre en el catalán, el portugués y el italiano. Por otro lado, doña Inmaculada avisa de la traición que supone acogerse a algunas traducciones literales del inglés. Cita el ejemplo de remover que significa "eliminar, quitar" y no es exactamente la traducción de remove en inglés. No obstante, advierto que una de las acepciones de remover, recogida en el DRAE, es "quitar, apartar o revolver alguna cosa o asunto que estaba olvidado, detenido, etc.". Así pues, no es un barbarismo traducir remove por remover. Es latín puro.

Jordi Figueras i Ventura me dice: "La meva impressió personal és que el coneixement que els estudiants d'Euskadi, Galícia o Catalunya tenen sobre la llengua espanyola continua sent bastant superior al que d'altres comunitats poden acreditar sobre alguna d'aquestes llengües. Comparteix amb mi aquesta impressió?"

No la comparto. O mejor dicho, la comparación no es equitativa. No es lo mismo la obligación social que tienen todos los españoles de conocer la lengua común que la de entender las lenguas privativas de algunos conjuntos regionales. Un peruano y un mexicano vienen obligados a conocer el español, pero un peruano no tiene por qué entender el yucateco, o un mexicano puede pasar muy bien sin entender el quechua. Todas las lenguas son dignísimas, pero unas son comunes a varios ambientes culturales y otras no.

En Sociedad

    0
    comentarios