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Amando de Miguel

Hojear y ojear

Son dos verbos distintos, cada uno para lo que está. Observo que cada vez es más frecuente el uso de ojear para pasar las hojas de un periódico, una revista, un libro. Naturalmente, lo más común es que se pasen ligeramente las hojas para quedarse parcialmente con su contenido. De esa forma, el lector busca lo que le interesa, para detenerse a veces en el texto buscado. Pues bien, esa labor preparatoria debe ser la de hojear una publicación.

En cambio, ojear es tanto como espantar y levantar la caza, los animales que perciben el ojo del cazador. Por analogía, se podría también “ojear” las imágenes que aparecen en una publicación, incluso los textos. Es lo que hacemos, con cierta desgana, cuando revisamos (pasamos el ojo por) rápidamente el aspecto de una publicación. Pero en ese caso, se introduce la confusión con “hojear”, que es otra acción. No voy a resolver yo el conflicto; solo lo planteo. Que cada uno resuelva lo que le venga en gana, pero que por lo menos recuerde la posibilidad de dos acciones emparentadas.


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