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Amando de Miguel

Hoteles para una vida satisfactoria

En los hoteles andan siempre con esa tontería de habitación doble o sencilla. Son ganas de complicar la vida. Mi consejo: todas las habitaciones deberían tener dos camas de las llamadas de matrimonio. La habitación se debe alquilar a una persona, la cual se hace acompañar de quien quiera. Ese es el mundo cómodo y secularizado en el que vivimos. El hotel debe ser la mejor prolongación de la casa de uno. La luz sobre la cama debe servir para poder leer, entre otras funciones. Las ventanas a la calle, insonorizadas. Música ambiental, a extinguir. El buen hotel vende silencio.

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