Menú
Amando de Miguel

Injerencia o ingerencia

El presidente del Gobierno Vasco, señor Ibarreche, ha dirigido una carta pastoral a sus súbditos explicándoles el proyecto de independencia. Uno de los puntos reza así: “Garantizar la autonomía de decisión de nuestras instituciones propias sin ingerencias (sic)”. (Véase el texto en La Razón, 5 de diciembre, 2002). El voivoda de Vasconia seguramente ha querido decir “injerencias”, que no es lo mismo. No se me diga que el redactor de la misiva estaba traduciendo mentalmente del vascuence. Ese hermoso idioma milenario fue influido por el latín mil años antes de que surgiera el castellano. Por cierto, en su origen, el castellano no fue más que el latín hablado por algunos vascos más cultos. Pues bien, “injerencia” es el sustantivo de “injerir”, que es tanto como meter una cosa en otra. Procede del latín inserere. En cambio, “ingerencia” sería un desusado sustantivo que se deriva de “ingerir” (en latín ingerere), que es tanto como comer o beber. El sustantivo real sería “ingestión”. No es lo mismo una acción que otra.

Qué tiempos aquellos en los que Sancho Panza, gobernador de la ínsula Barataria, solicitaba de su corte la presencia de algún vizcaíno para que hiciera de secretario. El ser vizcaíno entonces era garantía de saber leer y escribir correctamente el castellano. Ahora, por lo visto, el vizcaíno que gobierna la ínsula vascongada defiende el derecho al analfabetismo funcional.

0
comentarios