Menú
Amando de Miguel

Jergas especiales y habla popular

"Explotar > explosión > explosionar > ¿explosionación?" No cabe decir más con menos palabras. Es lo mismo que influir > influencia > influenciar > ¿influenciación? Hay que poner un límite a los derivados.

Juan Ponce comenta algunas quejas que yo expresaba sobre la jerga militar que luego se generaliza. A don Juan le gusta lo de explosionar (en lugar de "explotar") para un artefacto que provoca una explosión, aunque sólo sea por el ruido. Para don Juan "lo que se explota es un negocio". Hombre, no. También puede uno explotar en lágrimas o de ira. Es claro que la acción de provocar una explosión puede ser tanto explotar como explosionar. ¿Por qué no quedarnos con la forma más simple?

Don Juan admite lo de "efectivos", siempre en plural, pero prefiere lo de "soldados" en un sentido general, aunque se incluyan oficiales y jefes. Le doy la razón. A veces se emplea lo de "militares", pero no lo creo tan preciso como "soldados". Entiendo que quizá se justifique lo de "efectivos" si se cuenta que los "soldados" van pertrechados con sus equipos correspondientes más el personal auxiliar. Pero en el mundo actual nadie piensa que los "soldados" que se envían a una misión van a ir a pecho descubierto.

En relación al famoso "respeto", don Juan me dice que esa voz de la jerga militar ha ido cediendo frente a "repuesto". Me congratulo. Aun así, cabría distinguir entre una pieza de repuesto, por si se estropea o se pierde, de un objeto o artículo de respeto que se tiene como prevención para una eventual sustitución. Lo malo es cuando no se establece esa distinción y se habla de "piezas de respeto". Que conste que las jergas merecen todas mucho respeto.

En relación con el famoso "tanque", don Juan no lo admite; hay que decir "carro de combate". No estoy de acuerdo. El pueblo dice "tanque" y por algo será. La palabra carro (a pesar de su ajustado sentido onomatopéyico) está para otra cosa, para el de caballerías en España y para el vehículo mecánico de carretera en América. El tanque es estrictamente militar. Me da igual que sea una denominación imprecisa por haber ocultado originariamente su verdadera función. Que conste que, hoy, en un país como España, los tanques son más para los desfiles y maniobras que para las acciones bélicas. Ya sé que un tanque no se parece nada a un depósito para líquidos, pero tampoco una nave espacial tiene nada que ver con la forma de un barco. Tampoco las actuales naves industriales se asemejan gran cosa a los barcos invertidos, pero así se denominan.

Don Juan está de acuerdo con la distinción entre deflagración y explosión, pero añade otra voz necesaria: detonación. Así: "un cartucho explosiona debido a la deflagración de la pólvora que contiene la vaina, iniciada por la detonación del fulminante que lo hace por impacto". Don Juan me advierte: "las pólvoras deflagran, las dinamitas detonan y además sudan, siendo entonces peligroso su manejo". Por último me pregunta don Juan por los títulos de mis novelas ambientadas en la Vera (y valles aledaños). Una está publicada: Secuestro prolongado (Biblioteca Nueva) y la otra está inédita: Historia de Daisy. Esa última es mi mejor libro, el más intimista. Supongo que podré ver un ejemplar publicado en el Valle de Josafat.

P.S. Recibo un ramillete de amables emilios respecto a la historia de la palabra tanque. Acepto que fuera una denominación de los inventores, los británicos, para despistar al enemigo. Es igual, hoy esa palabra ha cristalizado. Lo que fuera jerga en su día es hoy habla popular.

Gabriel Ter-Sakarian Arambarri me envía este correo minimalista y conceptista: "Explotar > explosión > explosionar > ¿explosionación?" No cabe decir más con menos palabras. Es lo mismo que influir > influencia > influenciar > ¿influenciación? Hay que poner un límite a los derivados.

José Mª Navia Osorio comprueba lo preciso que es a veces el habla popular. Así, el albañil que vino a su casa a rematar una obra utilizó el término "haces" para indicar que el nuevo muro que se iba a construir continuaba el plano de la pared ya existente. En efecto, en el lenguaje geométrico "haz" es el conjunto de rectas que pasan por un punto, o de planos que concurren en una misma recta".

Como contraste, don José Mª me cuenta el último esperpento de los gobernantes de su región. Han declarado que "la fabada es un bien de interés cultural". Añado que el símbolo nacional de lo que se llama I+D+i (Investigación, desarrollo e imaginación) debería ser el "donnicanor tocando el tambor", un prodigio mecánico y estético. En el caso asturiano, don José Mª proporciona un equivalente al I+D+i: el escanciador eléctrico de sidra, patentado por uno de Gijón. Sólo que ahora ese fabuloso aparato se fabrica en China.

Torcuato Labella Caballero apunta que en Granada también se llama "sombrilla" a lo que en otras partes es "paraguas".

En Sociedad

    0
    comentarios