Se veía venir. El Parlamento británico ha emprendido la prohibición de la caza del zorro. Algunos comentaristas españoles empiezan a hablar de la prohibición de los toros. No importa que los toros bravos sean estrictamente herbívoros. Serán sacrificados. Todo en aras de la homogeneidad cultural europea. Seguirá la prohibición de la matanza del cerdo en las casas particulares. Se perseguirá la factura doméstica de mermelada. Tampoco se podrán tener en casa animales de compañía. No me gusta la sociedad de cretinos, en nombre de los animales. Ni siquiera me impresiona el Parlamento británico. Los Comunes han perdido el sentido.
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