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Amando de Miguel

La cosa política

Santiago Rodríguez se queja de que el catalán va a ser oficial en Aragón. Yo me quejo de que las lenguas sean oficiales. En España no lo fueron nunca hasta 1931. Así nos ha ido.

Son muchas las cuestiones políticas que interesan a los libertarios. Y no añado la muletilla "como no podría ser de otra manera" porque todo puede ser de distintas maneras. Jose Siuloir me pide mi opinión sobre su propuesta de jubilar forzosamente a todo el mundo a los 55 años. Me parece un dislate. El razonamiento de que así se dejaría paso a los jóvenes no se sostiene. El volumen de empleo no es una cantidad fija y, por tanto, no se cumple el principio de "suma cero" por el que uno gana si otro pierde. El volumen de empleo es variable y dinámico; depende fundamentalmente de la productividad, de que se aprovechen bien los recursos escasos, los de capital y los del trabajo. Los empleos se crean y se descrean por la sociedad toda, no por el Gobierno o por los empresarios. Mi opinión es que no debería haber una edad de jubilación forzosa, salvo en los casos de manifiesta incompatibilidad. Por ejemplo, un bombero o un piloto de avión no pueden ejercer su trabajo a partir de una determinada edad, pero bien pueden encargarse de otros trabajos. La jubilación debe regularse individualmente por motivos de salud, no de edad.

Como era de esperar, son muchos los comentarios sobre las últimas elecciones. Ya se vio que eran algo más que municipales y regionales, aunque no hemos llegado al cambio de régimen del año 31. Agustín Fuentes opina que el PP no ha ganado las elecciones, sino que las ha perdido el PSOE. Además, todo el mundo tenía decidido su voto y la campaña no ha servido de gran cosa. Estoy de acuerdo con ambas observaciones. Don Agustín me recuerda que las tertulias de la tele son cada vez más un gallinero. Tiene razón. No entiendo por qué no rige el principio de las tertulias de la radio, en las que los participantes no se quitan tanto la palabra, no se interrumpen tan abruptamente. Yo sigo el criterio de no interrumpir mucho y así me va; mis parlamentos son escuálidos. Menos mal que luego los completo en el Facebook o en este espacio de Libertad Digital cuando se tercia.

Ángel Guerrero Eguiluz me dice que sería ideal la constitución de una especie de Gobierno de concentración con el PP y el PSOE. Comprendo la necesidad de ese ideal, dada la crisis económica y política, pero me parece imposible. Los dirigentes de los dos partidos se odian. Eso no es bueno. Los adversarios no tienen por qué ser enemigos. En la denostada Restauración se cumplió ese admirable principio de la colaboración entre los dos principales partidos, que rigió también en los comienzos de la Transición.

José María Navia-Osorio hace una pertinente crónica de las elecciones de Asturias. Supongo que estará recopilando materiales para escribir un libro. Afirma don José María que el fenómeno de Foro Asturias "crea un precedente peligroso; es la primera vez que las bases de un partido se levantan masivamente al verse despreciadas por sus dirigentes". Se refiere al PP de Asturias. Por lo que me dice, la intención de Cascos es participar en las elecciones generales. Se confirma mi idea sobre el auge de los partidos pequeños. Desgraciadamente, esa conclusión se aplica también a Bildu. Por cierto, no es una palabra exótica. Simplemente, es la adaptación vasca de la palabra "cabildo". Nos retrotrae a la "democracia frailuna", que decía Menéndez Pidal.

Santiago Rodríguez se queja de que el catalán va a ser oficial en Aragón. Yo me quejo de que las lenguas sean oficiales. En España no lo fueron nunca hasta 1931. Así nos ha ido.

Recuerdo que el próximo domingo, 5 de junio, firmo libros en la caseta de VIPS de la Feria del Retiro. Sé que a algunas personas les hace ilusión ese fetichismo legítimo de la firma. A mí también.

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