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Amando de Miguel

La elegancia de la impuntualidad

Los ricos siempre llegan tarde, téngolo observado. Siguen el modelo de la Casa Real, cuyos personajes deben llegar al final, con toda la concurrencia esperando. A los que llegan tarde siempre se les saluda más efusivamente. Si están tan ocupados es que deben de tener especiales responsabilidades. Hay otro toque de impuntualidad todavía más elegante: retirarse antes que los demás. Los ricos deben despreciar las copas y canapés, el café. Por eso se despiden antes de que se vayan los demás. Es un arte este de reunirse y marcharse. Confieso que yo suelo ser puntual, un rasgo ruralizante, de hortera.

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